Tríptico del becerro de oro de Lucas van Leyden

Lucas van Leyden destacó entre los primeros miembros de la pintura de género holandesa y está considerado uno de los mejores grabadores de la historia del arte.

Con tan sólo 13 años ya hizo su primer grabado y a lo largo de su vida realizó más de 200 grabados, diseños para xilografías, etc. La mayoría eran de temática religiosas o alegóricas.

Este tríptico es una demostración más del sentido monumental que le da el artista a sus obras en la composición de las figuras. Utiliza normalmente la perspectiva aérea para abarcar de esta manera, mayor superficie. Aún así, es curiosa la minuciosidad con la que están dibujados los ropajes y la caracterización de los personajes que aparecen en sus obras.

Esta obra relata la historia de los Hijos de Israel, encabezados por Moisés, de Egipto a la tierra prometida. Cuando alcanzaron el Monte Sinaí, levantaron el campamento. Moisés subió a la montaña y allí se recibió de Dios los Diez Mandamientos.

Cuanto más tiempo estuvo Moisés en el monte, los israelitas fueron perdiendo la fe en Dios. Aunque estaba prohibido, hicieron un ídolo, un becerro de oro. Todos comenzaron a celebrarlo: comían, bebían, bailadan y hacían el amor.

Esto es lo que refleja esta obra que parece divirse no sólo en tres por ser un tríptico sino en dos partes. La inferior es donde se puede ver a todo tipo de personas en lo que parece una celebración y en la parte superior la gente está corriendo hacia el monte donde destaca un cielo gris y turbulento.