El silencio va de la mano con la soledad, y esto es lo que más pesa.
Esto es lo que nos hace sentirla, pues el ruido del silencio se hace
insoportable cuando uno desea una compañia. El ser humano es un
ser social, no puede vivir sin que haya aprendido expresamente a vivir en soledad.
Y siempre uno es movido por el deseo. El deseo de ser amado,
el deseo que nos consideren, que alguien nos tenga en cuenta...el deseo
de ser y estar, amar y aprender a vivir.Es el deseo de querer dejar una
huella en el camino y una marca en el tronco del árbol de la vida.
Pero a veces, Dios nos da otras cosas que compensan grandemente la
ausencia de alguien. Es cuando llegamos a amar y comprender a la
totalidad de la vida, aprendemos a valorar todos los momentos vividos
en el camino.
Siempre necesitamos del otro para sobrevivir, es una constante que
nació con nosotros en el primer suspiro, crece a medida que
desarrollamos nuestra percepción. El alcance de nuestros sentidos es
cada vez más amplio.
Comenzamos de a poquito a incorporar el mundo a través de las
enseñanzas de nuestros padres, incorporamos un mundo hecho a la medida
de quienes nos precedieron y continuamos ampliándolo para quienes nos
sucedan.
Lo vamos incorporando de tal modo que llega un momento en que no nos
planteamos la posibilidad de negar su existencia e incidencia en
nuestras vidas. Lo aceptamos como nuestro y lo defendemos como propio.
Pero esto ... no es verdad. El mundo tal como está no nos pertenece ni
siquiera les pertenece a nuestros antepasados porque ya no están para
reclamarlo.
Vivimos sumergido en la sombra de las ilusiones heredadas y no siempre
cumplidas. Buscamos la luz a través de los mismos caminos de quienes
nos dejaron este mundo tal como está.
Asi no la veremos jamás. Es tiempo de dejar atrás las recetas pasadas y guardar-
las para recuerdo y balance posterior, pero en lo que nos toca hoy vivir, debemos
modificar nuestra expectativa y nuestros pasos deben ser diferentes, el
deseo,el eterno deseo humano de ser y estar debe manifestarse a través
de vivencias nuevas
para satisfacer las necesidades de amor, amistad, compañia y sociedad
de una manera distinta, tan diferente que es singular e indivisible
para cada uno, pués cada ser humano es un universo entero con sus luces
y sombras,con sus derechos
y aspiraciones.
Cada quien sabe qué quiere ser y adónde quiere estar.
Buscamos compañía ante la soledad, pero porque no hemos aprendido a
vivir con nosotros mismos, y sea como sea, nadie está solo si en el
interior resuena la voz de otro en algún lugar del alma. Entonces no
estamos solos, estamos llenos
de voces pasadas, presentes y ausentes. Voces que nos hablan y nos
enfrentan a nuestros propios temores incorporados en la niñez.
Claro que cuando somos adultos, esos temores se hacen más sofisticados
y se agrandan ante la capacidad adulta de ver las cosas con más
seriedad. Entonces las personas magnifican, agigantan y se entristecen
con mayor intensidad, pero
¿dónde ha quedado la inocencia y la fantasía? ¿dónde está Dios jugando
a las escondidas con nosotros? ¿dónde está la capacidad de modificar el
mundo?
Seguramente dormida en algún lugar de la memoria esperando que tu voz
la despierte. Despertar esa capacidad es comenzar a conocerse, es
comenzar a silenciar las voces internas y que no nos pertenecen, es
dejar que hable la voz de nuestro yo superior que inundará de vida el
desierto espiritual en el que creemos estar.
Cuando eso suceda, ya no estarás solo o sola, ya
no sentirás la soledad como una lágrima viviente recorriendo tu
rostro,tus ojos brillarán con mayor intensidad, tus pasos y movimientos
serán vibrantes y tu presencia será requerida por muchas personas, todo
el mundo buscará tu compañía.Ya no habrá soledades que vencer porque la
soledad se alejará de ti. Y asi, cuanta mayor vida interior tengas,
menos soledad
habrá. Pero no te confundas, vida interior no significa estar hablando
mentalmente con personas que no están, sean vivas o no. Significa saber
amar lo propio, acercarse a cada átomo de tu entorno con reconocimiento
y amor por todo.
Significa dar y recibir amor de todo lo que te rodea, ya sea una
planta, un animalito, tu ciudad, los niños, las calles, la
gente...Mientras mayor sea
tu capacidad de acrecentar tu vida interior, menos sentirás la soledad
y al final de cuentas sabrás que tienes un millón de amigos que antes
no conocías.
Todo puede cambiar con un solo movimiento interno. Ya no le prestes tanta
atención a un yo interior que reclama con voces ajenas una presencia quenunca fue.
Vive tu día hoy, ama a tu día hoy, y siéntete libre para ser y
estar en cualquier lugar, siéntete libre para elegir, pues nadie
elegirá mejor que tú el camino que te llevará a dar un paseo por la
vida, una eterna alegría que en definitiva es tu derecho propio, tu
decisión inalienable para ser felíz.
Ya no estés triste pensando en la soledad, debes saber que nunca has
estado solo o sola y que ahora es el momento de elegir tus compañias;
siempre habrá un alma en el camino que comparta tus sueños, siempre
habrá un espacio etéreo para imaginar y amar,
tal como cuando éramos niños y Dios jugaba a las
escondidas con nosotros disfrazado de ángel en el jardín.
Para hacer las elecciones correctas en la vida,tienes que estar en
contacto con tu alma.Para lograr esto, necesitas experimentar la
soledad que asusta a la mayoría de las personas, porque en el silencio
escuchas la verdad y conoces las soluciones.
Un hombre puede aguantar mucho mientras pueda aguantarse a si
mismo. Y para aguantarnos a nosotros mismos es necesario que nos conozcamos a cabalidad.
El auto conocimiento se da en soledad.
D/A
COMPARTIENDO CON MUCHO CARIÑO,
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