Podría en este instante atravesar las estepas de este Julio lanzándome a la calle, donde los taxis ponen mirada de perro cazador y dejarme cazar y por el camino naufragar en algún bar donde haya un árbol con brillo de cerveza, pero mi puerta tiene voluntad de mano que se cierra porque esconde por ejemplo una joya, una esmeralda de color memoria, un sueño que se quiere defender como dos cuerpos se defienden cuando están abrazados.
Podría, ya te digo, lanzarme a la calle y no parar hasta dejarme arrastrar por unas alas que me llevaran donde tu estás. Billete de ida y vuelta. Mientras me decido, te imagino paseando a …, entre perros callejeros y gentes que hablan tu mismo idioma y edificios inacabados que guardan la ilusión de un porvenir.
Me hace gracia cuando mezclas palabras de Cervantes con las de … y me cuentas como van las obras de tu futura casa. ¿Todo es tan difícil ¿Verdad?. Tu enfermedad a truncado tus ilusiones, las tiene ahí, bloqueadas, como detrás de un muro que no se puede saltar.
Quien sabe lo que pasará mañana. Quien sabe. Mientras tanto pienso en el presente y tu no estás aquí, pero estás, de alguna forma estás.
(L´espaid desert)