Niceto Alcalá-Zamora y Torres
Priego de Córdoba (España), 6 de julio de 1877 – Buenos Aires (Argentina), 18 de febrero de 1949.
Político español.
Abogado, desde muy joven militó en el Partido Liberal. Elegido diputado ganó rápidamente fama por sus elocuentes intervenciones en el Congreso de Diputados llegando a ser ministro de Fomento en 1917 y de la Guerra en 1922, formando parte de los gobiernos de concentración presididos por García Prieto. Fue también representante de España en la Sociedad de Naciones.
Decepcionado por la aceptación, por parte del rey Alfonso XIII, del golpe de estado del general Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923, no colaboró con el nuevo régimen. Tras la salida del dictador en 1930 se declaró republicano. Fue uno de los impulsores del denominado Pacto de San Sebastián. El fracaso del pronunciamiento militar (Sublevación de Jaca) de ese mismo año le llevó a la cárcel, como miembro del comité revolucionario, de la que salió tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931.
En estos comicios, aunque globalmente vencieron las candidaturas monárquicas, la victoria de las republicanas en las capitales de provincia acentuó la descomposición que sufrían los monárquicos y el abandono del poder por parte del rey. Sin esperar a las próximas elecciones generales Alcalá-Zamora presidió un gobierno provisional revolucionario que ocupó los ministerios el 14 de abril y proclamó la II República.
Confirmado en la presidencia tras las elecciones de junio, dimitió en octubre de 1931, junto con Miguel Maura, ministro de la Gobernación, debido a la disconformidad de ambos, católicos progresistas, con la redacción de los artículos 24 y 26 de la nueva Constitución, que consagraban la separación Iglesia-Estado y posibilitaban la disolución de las órdenes religiosas que se considerasen peligrosas para el Estado. Aunque pesaron otras razones personales, las aducidas para ambas dimisiones fueron que estos artículos lesionaban sus sentimientos religiosos así como los del electorado católico que les apoyaba.
No obstante, el 10 de diciembre de 1931 fue elegido Presidente de la Segunda República Española. En este cargo se mantuvo hasta el 7 de abril de 1936.
En 1936, en una decisión del Congreso, se consideró que la disolución de las Cortes llevada a cabo el 7 de enero de 1936 fue ilegal y fue por ello destituido, a pesar de que esta disolución fue la que posibilitó la celebración de elecciones y el triunfo consiguiente del Frente Popular.
El inicio de la Guerra civil lle sorprendió en un viaje por Escandinavia. Decidió no regresar a España cuando se enteró, según cuenta en sus memorias, reescritas durante el exilio, de que milicianos del gobierno del Frente Popular habían entrado ilegalmente en su domicilio, robándole sus pertenencias, y saqueado asimismo su caja de seguridad en el banco Crédit Lyonnais en Madrid, llevándose el manuscrito de sus memorias. Fijó su residencia en Francia donde le sorprendió la Segunda Guerra Mundial.
Después de múltiples penalidades, debido a la ocupación alemana y a la actitud colaboracionista del gobierno de Vichy, salió de Francia y tras un penoso viaje de 441 días en barco llegó a Argentina en enero de 1942, donde vivió de sus libros, artículos y conferencias.
No quiso volver a España durante el régimen franquista aunque, al parecer, se le hizo algún ofrecimiento ya que un hijo suyo estaba casado con una hija del general Queipo de Llano, uno de los protagonistas del alzamiento.
Su cadáver fue llevado a España en 1979.