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General: Tu elegía, Granada
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De: rafael76 (Mensaje original) |
Enviado: 28/02/2010 16:42 |
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Tu elegía, Granada, la dicen las estrellas que horadan desde el cielo tu negro corazón. La dice el horizonte perdido de tu vega, la repite solemne la yedra que se entrega a la muda caricia del viejo torreón.
Tu elegía, Granada, es silencio herrumbroso, un silencio ya muerto a fuerza de soñar. Al quebrarse el encanto, tus venas desangraron el aroma inmortal que los ríos llevaron en burbujas de llanto hacia el sonoro mar.
El sonido del agua es como un polvo viejo que cubre tus almenas, tus bosques, tus jardines, agua muerta que es sangre de tus torres heridas, agua que es toda el alma de mil nieblas fundidas que convierte a las piedras en lirios y jazmines.
Hoy, Granada, te elevas ya muerta para siempre en túmulo de nieve y mortaja de sol, esqueleto gigante de sultana gloriosa devorado por bosques de laureles y rosas ante quien vela y llora el poeta español.
Hoy, Granada, te elevas guardada por cipreses (llamas petrificadas de tu vieja pasión). Partió ya de tu seno el naranjal de oro, la palmera extasiada del Africa tesoro, solo queda la nieve del agua y su canción.
Tus torres son ya sombras. Cenizas tus granitos, pues te destruye el tiempo. La civilización pone sobre tu vientre sagrado su cabeza, y ese vientre que estuvo preñado de fiereza, hoy aún muerto se opone a la profanación.
Tú que antaño tuviste los torrentes de rosas, tropeles de guerreros con banderas al viento, minaretes de mármol con turbantes de sedas, colmenas musicales entre las alamedas y estanques como esfinges del agua al firmamento.
Tú que antaño tuviste manantiales de aroma donde bebieron regias caravanas de gente que te ofrendaba el ámbar a cambio de la plata, en cuyas riberas teñidas de escarlata las vieron con asombro los ojos del Oriente.
Tú, ciudad del ensueño y de la luna llena, que albergaste pasiones gigantescas de amor, hoy ya muerta, reposas sobre rojas colinas teniendo entre las yedras añosas de tus ruinas el acento doliente del dulce ruiseñor.
¿Qué se fue de tus muros para siempre, Granada? Fue el perfume potente de tu raza encantada que dejando raudales de bruma te dejó. ¿O acaso tu tristeza es tristeza nativa y desde que naciste aún sigues pensativa enredando tus torres al tiempo que pasó?
Hoy, ciudad melancólica del ciprés y del agua, en tus yedras añosas se detenga mi voz. ¡Hunde tus torreones! Hunde tu Alhambra vieja que ya marchita y rota sobre el monte se queja, queriendo deshojarse como marmórea flor.
Invaden con la sombra maciza tus ambientes. ¡Olvidan a la raza viril que te formó! Y hoy que el hombre profana tu sepulcral encanto, quiero que entre tus ruinas se adormezca mi canto como un pájaro herido por astral cazador.
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Bellísimo mensaje que me ha gustado
mucho, pero que a nuestros amigos les
va también a encantar
Un afectuoso saludo,
BELEN |
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De: Amaly |
Enviado: 28/02/2010 17:49 |
El poema es una maravilla.
No se si es de tu autoría. si es así eres un poeta de pro.
Gracias por tan bello aporte.
Amaly |
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Federico García Lorca (1898 - 1936)
GRANADA (Elegía humilde)
Tu elegía, Granada, la dicen las estrellas
que horadan desde el cielo tu negro corazón.
La dice el horizonte perdido de tu vega,
la repite solemne la yedra que se entrega
a la muda caricia del viejo torreón.
Tu elegía, Granada, es silencio herrumbroso,
un silencio ya muerto a fuerza de soñar.
Al quebrarse el encanto, tus venas desangraron
el aroma inmortal que los ríos llevaron
en burbujas de llanto hacia el sonoro mar.
El sonido del agua es como un polvo viejo
que cubre tus almenas, tus bosques, tus jardines,
agua muerta que es sangre de tus torres heridas,
agua que es toda el alma de mil nieblas fundidas
que convierte a las piedras en lirios y jazmines.
Hoy, Granada, te elevas ya muerta para siempre
en túmulo de nieve y mortaja de sol,
esqueleto gigante de sultana gloriosa
devorado por bosques de laureles y rosas
ante quien vela y llora el poeta español.
Hoy, Granada, te elevas guardada por cipreses
(llamas petrificadas de tu vieja pasión).
Partió ya de tu seno el naranjal de oro,
la palmera extasiada del Africa tesoro,
solo queda la nieve del agua y su canción.
Tus torres son ya sombras. Cenizas tus granitos,
pues te destruye el tiempo. La civilización
pone sobre tu vientre sagrado su cabeza,
y ese vientre que estuvo preñado de fiereza,
hoy aún muerto se opone a la profanación.
Tú que antaño tuviste los torrentes de rosas,
tropeles de guerreros con banderas al viento,
minaretes de mármol con turbantes de sedas,
colmenas musicales entre las alamedas
y estanques como esfinges del agua al firmamento.
Tú que antaño tuviste manantiales de aroma
donde bebieron regias caravanas de gente
que te ofrendaba el ámbar a cambio de la plata,
en cuyas riberas teñidas de escarlata
las vieron con asombro los ojos del Oriente.
Tú, ciudad del ensueño y de la luna llena,
que albergaste pasiones gigantescas de amor,
hoy ya muerta, reposas sobre rojas colinas
teniendo entre las yedras añosas de tus ruinas
el acento doliente del dulce ruiseñor.
¿Qué se fue de tus muros para siempre, Granada?
Fue el perfume potente de tu raza encantada
que dejando raudales de bruma te dejó.
¿O acaso tu tristeza es tristeza nativa
y desde que naciste aún sigues pensativa
enredando tus torres al tiempo que pasó?
Hoy, ciudad melancólica del ciprés y del agua,
en tus yedras añosas se detenga mi voz.
¡Hunde tus torreones! Hunde tu Alhambra vieja
que ya marchita y rota sobre el monte se queja,
queriendo deshojarse como marmórea flor.
Invaden con la sombra maciza tus ambientes.
¡Olvidan a la raza viril que te formó!
Y hoy que el hombre profana tu sepulcral encanto,
quiero que entre tus ruinas se adormezca mi canto
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De: Amaly |
Enviado: 28/02/2010 18:43 |
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Federico García Lorca (1898 - 1936)
GRANADA (Elegía humilde)
Tu elegía, Granada, la dicen las estrellas
que horadan desde el cielo tu negro corazón.
La dice el horizonte perdido de tu vega,
la repite solemne la yedra que se entrega
a la muda caricia del viejo torreón.
Tu elegía, Granada, es silencio herrumbroso,
un silencio ya muerto a fuerza de soñar.
Al quebrarse el encanto, tus venas desangraron
el aroma inmortal que los ríos llevaron
en burbujas de llanto hacia el sonoro mar.
El sonido del agua es como un polvo viejo
que cubre tus almenas, tus bosques, tus jardines,
agua muerta que es sangre de tus torres heridas,
agua que es toda el alma de mil nieblas fundidas
que convierte a las piedras en lirios y jazmines.
Hoy, Granada, te elevas ya muerta para siempre
en túmulo de nieve y mortaja de sol,
esqueleto gigante de sultana gloriosa
devorado por bosques de laureles y rosas
ante quien vela y llora el poeta español.
Hoy, Granada, te elevas guardada por cipreses
(llamas petrificadas de tu vieja pasión).
Partió ya de tu seno el naranjal de oro,
la palmera extasiada del Africa tesoro,
solo queda la nieve del agua y su canción.
Tus torres son ya sombras. Cenizas tus granitos,
pues te destruye el tiempo. La civilización
pone sobre tu vientre sagrado su cabeza,
y ese vientre que estuvo preñado de fiereza,
hoy aún muerto se opone a la profanación.
Tú que antaño tuviste los torrentes de rosas,
tropeles de guerreros con banderas al viento,
minaretes de mármol con turbantes de sedas,
colmenas musicales entre las alamedas
y estanques como esfinges del agua al firmamento.
Tú que antaño tuviste manantiales de aroma
donde bebieron regias caravanas de gente
que te ofrendaba el ámbar a cambio de la plata,
en cuyas riberas teñidas de escarlata
las vieron con asombro los ojos del Oriente.
Tú, ciudad del ensueño y de la luna llena,
que albergaste pasiones gigantescas de amor,
hoy ya muerta, reposas sobre rojas colinas
teniendo entre las yedras añosas de tus ruinas
el acento doliente del dulce ruiseñor.
¿Qué se fue de tus muros para siempre, Granada?
Fue el perfume potente de tu raza encantada
que dejando raudales de bruma te dejó.
¿O acaso tu tristeza es tristeza nativa
y desde que naciste aún sigues pensativa
enredando tus torres al tiempo que pasó?
Hoy, ciudad melancólica del ciprés y del agua,
en tus yedras añosas se detenga mi voz.
¡Hunde tus torreones! Hunde tu Alhambra vieja
que ya marchita y rota sobre el monte se queja,
queriendo deshojarse como marmórea flor.
Invaden con la sombra maciza tus ambientes.
¡Olvidan a la raza viril que te formó!
Y hoy que el hombre profana tu sepulcral encanto,
quiero que entre tus ruinas se adormezca mi canto
como un pájaro herido por astral cazador.
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Chico soy granadina y no conozco el poema ¿ es de tu autoria? aunque claro no conozco muchos poemas escritos a mi Granada
Me gusta mucho tu nombre es bastante familiar y cariñoso para mí lo lleva un hermano mio
Un abrazo |
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Como dice Ignacio, la poesia es de lorca, ya pondré uno de los mios...
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