1795. Maximiliano Robespierre, principal orquestador del Terror, es derribado en un golpe de estado y guillotinado. Termina el Terror. Un joven Napoleón Bonaparte aplasta a cañonazos un levantamiento monárquico en las calles de París. Comienza el Directorio.
En 1795 Bonaparte se encontraba en París cuando el 3 de octubre realistas y contra-revolucionarios organizaron una protesta armada contra la Convención, sus excesos y su gobierno tiránico. A Bonaparte se le encomendó dirigir a un improvisado ejército en la defensa de la Convención en el Palacio de las Tullerías. Obtuvo algunas piezas de artillería con la ayuda de un joven oficial de caballería, Joachim Murat, que posteriormente se convertiría en su cuñado, y logró repeler a los insurgentes. Este triunfo le dio una gran fama y poder sobre el nuevo Directorio.
En Francia el Directorio fue la última fase de la Revolución Francesa en la que, tras poner término al Terror de Robespierre, se iba a producir un retorno hacia posiciones más moderadas. El Directorio fue el poder ejecutivo nacional entre el 2 de noviembre de 1795 y el 10 de noviembre de 1799, siendo reemplazo por el Consulado.
El Directorio tiene sus inicios tras el golpe de estado termidoriano del 28 de julio de 1794 (10 de termidor del año III, según el calendario republicano francés) y se consolida con la Constitución de 1795 (Constitución del año III), que establece un nuevo régimen político. También se conoce con el nombre de «Reacción termidoriana» inaugurando el término político de “reacción” frente al de «revolución».
Según la nueva constitución, la Convención Nacional es disuelta y reemplaza por una nueva organización política. El poder legislativo reside en una asamblea bicameral. El poder ejecutivo va a recaer en un Directorio compuesto de cinco integrantes, electos por quintos cada año. La Constitución del año III buscaba impedir una nueva dictadura personalista o colectiva como la que se impuso en su etapa final con Robespierre, estableciendo el sufragio censatario, que favorecía a la clase política moderada, sin discusión alguna.
Ante la situación permanente de inestabilidad a la que tuvo que hacer frente el Directorio, éste terminaría el 9 de noviembre de 1799 con el golpe de estado del 18 de Brumario protagonizado por Napoleón Bonaparte.