La vida te ofrecera alegrías y tristezas,
pero depende de ti extender tus manos
y recibir solo aquellas que van a colaborar
a tu bienestar espiritual y mental.
No hagas tu dolor eterno, ponle un final.
Cuenta tus bendiciones, todo
lo que posees, todos los que te quieren,
reconoce lo que a tu alrededor se abre
con brillo y con vida.