"Probé y vi con la luz de mi inteligencia
y en tu luz, eterna Trinidad,
y la inmensidad de tu abismo,
y la belleza de tu criatura.
¡Abismo! ¡Eterna Trinidad! ¡Divinidad! ¡Océano profundo!
¿Y qué podrías -tu dar mejor que tú mismo?
Eres el fuego que quema siempre y no se apaga nunca;
Consumes por tu calor todo amor egoísta del alma.
Eres el fuego que disipa toda frialdad,
Y enciendes los espíritus de tu luz,
Esta luz por la cual me diste a conocer tu verdad…
Es en la fe, este espejo de la luz, que te conozco;
Eres el soberano bien,
bien que excede todo bien,
Bien que da la felicidad…
Belleza sobre toda belleza,