Edad, de latín aetas, es el término que se utiliza para hacer mención al tiempo que ha vivido un ser vivo. Por ejemplo: “Mi hija tiene tres años de edad”, “Cuando tenía ocho años de edad, me quebré la pierna jugando al fútbol”, “El famoso escritor murió a los 91 años de edad a causa de una penosa enfermedad”.
La noción de edad permite dividir la vida humana en distintos periodos temporales: “La infancia es la edad indicada para comenzar a estudiar un nuevo idioma”, “La tercera edad debería ser una etapa de descanso y tranquilidad”.
Edad también puede ser utilizado como sinónimo de edad madura: “Mi padre ya es un hombre de edad”, “No entiendo cómo pueden golpear de esa forma a una persona de edad”.
El espacio que transcurrió de un tiempo a otro también suele recibir el nombre de edad: “En la edad de tu abuela, los niños no tuteaban a los mayores”, “Las cosas se hacen de otra forma en nuestra edad”.
La edad es, por último, una periodización en la que puede dividirse la historia. La historiografía apela a dos grandes momentos históricos: la prehistoria y la historia. Las edades prehistóricas comienzan con la aparición del primer homo sapiens y llegan hasta la invención de la escritura. Se trata de la Edad de Piedra, la Edad de Bronce y la Edad de Hierro.
Las edades históricas son, por su parte, la Edad Antigua (desde el surgimiento de la escritura hasta la caída del Imperio Romano), la Edad Media (desde el final del Imperio Romano hasta la invención de la imprenta o el descubrimiento de América), la Edad Moderna (desde dichos hechos hasta la Revolución Francesa) y la Edad Contemporánea (que llega hasta la actualidad).