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General: Los traidores que alimentaron el fuego de Auschwitz
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Respuesta  Mensaje 1 de 11 en el tema 
De: frank2  (Mensaje original) Enviado: 17/05/2010 15:43

Los traidores que alimentaron el fuego de Auschwitz

 

Autobiográfico y doloroso. Jacob Presser se enfrentó a sus recuerdos años después en un campo de concentración

 

Dos palabras prohibidas: tren y Auschwitz. Nadie en el campo de concentración holandés de Westerborck menciona el viaje que el convoy emprende cada martes con 970 judíos locales hasta el campo de exterminio polaco. A las doce de la noche anterior, se lee la lista de los condenados en los barracones. Por orden alfabético. Aquello es un aquelarre, se chilla, se regatea, se suplica cada vez con más violencia. Una bolsa de vidas humanas. Camino del exterminio, el tren de la muerte cargó 93 veces durante dos años.

"He visto personas que bailaban, presas de alegría salvaje, dando vueltas como movidas por una fuerza elemental, besándose y tocándose de la manera más obscena; he visto a otros corretear como dementes, cayéndose y levantándose una y otra vez, golpeándose contra los bancos, contra las mesas, las paredes, para ir a caer definitivamente y quedarse en el suelo pateando y agitando los brazos; he visto cómo una mujer mordía en la yugular a su hermana, que no estaba en la lista, y, por lo tanto, no iba al tren, y a un hombre sacarse los ojos, mientras tres pasos más allá otro sollozaba de alegría. Yo he visto esto, yo mismo, muchas noches de perdición. Yo lo he visto", escribe Jacob Presser (1899-1970) sobre las reacciones al leer la lista.

Cuando los alemanes toman Holanda en 1940, el profesor e historiador Presser y su joven mujer tratan de escapar por mar, pero fracasan y regresan a Ámsterdam. Intentan suicidarse apuñalándose el uno al otro, pero no lo consiguen. La raza aria les amenaza, se salvan en un par de ocasiones tras ser detenidos, hasta que ella comete un error fatal. Sale a la calle sin su estrella de David bordada y es detenida cuando iba en un tren, camino al este de Holanda, donde se ocultaba su madre. Inmediatamente, la mandan a Westerborck. Tras cinco días de arresto, la envían al campo de exterminio de Sobibor, en Polonia, donde es asesinada.

Jacob permaneció oculto desde entonces hasta la liberación, combatiendo con la resistencia y pasando informes sobre el campo de concentración de Westerborck. Había sobrevivido al Holocausto, pero no soportaba el silencio de la memoria amarga. A Presser los recuerdos le consumían hasta que diez años después de la liberación de Westerborck expurgó la culpa con papel y lápiz.

Escribió La noche de los girondinos, un testimonio novelado, una autobiografía con disfraz, sobre el revanchismo y el odio con los que se cargaba cada martes aquel tren camino de Auschwitz. En los próximos días, la editorial Barril y Barral publicará este libro, que permanecía inédito al castellano y que supone un caso único por documentar la colaboración de judíos con los nazis.

No llega a las 100 páginas y cuando apareció en 1957, fue repartido gratuitamente entre el público de la Semana del Libro Holandés, con una tirada de 150.000 ejemplares. Buen ejercicio para una memoria fuerte. Presser relata la historia de Jacob, que escribe en sus últimas horas preso en un calabozo aislado del resto tras rebelarse contra su superior, el ayudante del jefe del campo nazi. Un pequeño héroe tragicómico, que no soporta seguir gestionando el exterminio de sus hermanos.

Libre, pero a qué precio

Él no era uno de los amenazados. Era un profesor de Historia judío a lo largo del libro, la biografía y la memoria de Presser se cruzan una y otra vez con la de su personaje, hasta desvirtuar los límites entre memoria y novela, pero estaba libre de muerte, como el resto que dejaron de ser perseguidos por colaborar con los 12 alemanes que controlaban el vasto campo de concentración holandés.

Al Servicio del Orden, compuesto por un centenar de traidores, los presos le llamaban la SS judía. Mantenían bajo el horror y la amenaza a sus vecinos. Sólo tenían que elegir de entre sus paisanos cuáles morirían. Lograban que en el campo de concentración se viviera de semana en semana, de martes a martes, de tren a tren.

"Nuestras palabras tajantes, nuestros gestos despóticos siempre dispuestos a dar media vuelta, despectivos. Nosotros, unos cuantos intelectuales, unos cuantos oficinistas, unos cuantos obreros, unos cuantos viajantes de comercio y vendedores ambulantes, nosotros éramos ante los demás, indudablemente, la hez repulsiva creada por Dios, forajidos y gánsteres", describe el cuerpo al que pertenece.

Regla uno: o ellos o yo. Regla dos: permanecer impasible. "Quien es blando o medio blando va al tren", señala Cohn, el ayudante judío de Schaufinger, el comandante nazi que controla el campo. Cohn era el señor de la vida y la muerte, paseaba con una fusta por la calle principal de los barracones. Todos los presos le rendían pleitesía. Cohn, cínico, ruin y atroz, es uno de los personajes más despreciables sobre los que se han escrito.

Relato contra la mentira

En el prólogo de la primera edición holandesa, el escritor Abel F. Herzberg, otro superviviente del exterminio, resume cómo era Westerbork con claridad: "Los seres humanos no eran más que hojas secas, caídas, no sólo sin raíz, sino también sin tallo, sin tronco ni rama, hojas que únicamente habían caído o, mejor dicho, que revoloteaban por el suelo según el viento, según cada corriente de aire, sin lazo alguno entre sí, apartadas de toda comunidad".

Presser dice por boca de su protagonista que escribe para no volverse loco, pero aclara que todo lo que cuenta es lo que ha visto. Basta con cambiar los nombres que ha escogido por los reales para que sea el Westerbork que fue. Subraya y repite que "fue así", que él lo vio, que estuvo allí y tiene la necesidad de aclarar, de luchar contra la fantasía. La noche de los girondinos no puede ser un "gran guiñol", como él mismo dice; sólo contará "la verdad completa, desnuda, sin exageraciones".

Junto a la maldad de los colaboradores, aparece la ferocidad de los vecinos que se denuncian para quedarse con las propiedades del acusado, como el caso del médico que salió a la calle apresurado para resolver una urgencia médica y se olvidó su estrella en casa. Con eso bastó para perder la vida. El propio protagonista no hizo nada para salvar a su amada, a quien ayudó a subir al tren. Se define como "canalla inmundicia".

Las mujeres encintas tenían derecho a la vida hasta seis semanas después del nacimiento de su hijo. Sin embargo, él mismo admite haber metido a mujeres antes de los primeros dolores del parto. El personaje Jacob reconoce la miseria de la codicia, la ambición, las "ansias incontenibles". El autor Presser advierte que cualquiera olvida su honradez "en un momento" para convertirse en un tirano.

Público

Lostraidores_que_alimentaron_.jpg picture by francisco19333



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Respuesta  Mensaje 2 de 11 en el tema 
De: Amaly Enviado: 17/05/2010 16:27
Pues todavía hay alguien que lo desmiente.
Ironias de la vida..... Puede que sea la otra "mitad" ¿o no?
Gracias por refrescar la memoría.
Amaly

Respuesta  Mensaje 3 de 11 en el tema 
De: frank2 Enviado: 17/05/2010 21:40

Pues aquí tiene un elemento que lo niega:

 

Polémica por obispo que "niega el Holocausto"

La decisión del Papa Benedicto XVI de rehabilitar al obispo británico que es acusado de negar la existencia del Holocausto ha creado conmoción en la comunidad judía internacional.

La polémica saltó tras las recientes declaraciones del obispo británico Richard Williamson quien reafirmó su postura sobre la matanza de judíos durante el nazismo.

En una entrevista para la televisión sueca, Williamson dijo que "las evidencias históricas están inmensamente en contra de que seis millones de judíos hayan sido asesinados en cámaras de gas como parte de una política de Adolfo Hitler".

Agregó que: "Creo que no hubo cámaras de gas. Creo que 200.000 o 300.000 judíos murieron en el período nazi en campos de concentración, pero ninguno de ellos en cámaras de gas".

Eso dijo el animal ese.

 

Respuesta  Mensaje 4 de 11 en el tema 
De: Belen890 Enviado: 17/05/2010 21:59


Respuesta  Mensaje 5 de 11 en el tema 
De: Belen890 Enviado: 17/05/2010 22:05
Por donde andará ahora el
pirao éste?
Vaya elemento!!
 


Respuesta  Mensaje 6 de 11 en el tema 
De: frank2 Enviado: 17/05/2010 22:16

Antes puse de animal al menda ese del obispo Williamson. Quiero rectificar. No tiene la culpa los animales. Al fin y al cabo los animales se comportan con más espontaneidad y autenticidad que los humanos. Así que diré como el rabino David Rosen dijo a la BBC: que la posición de Williamson es "espeluznante".

Eso: un ser espeluznante, con mitra, sin mitra, disfrazado de personaje eclesiástico, o como se quiera vestir, que no deja de ser un miserable. Da miedo gente con esa catadura moral.

 

Respuesta  Mensaje 7 de 11 en el tema 
De: frank2 Enviado: 17/05/2010 22:24
Belén. Ese elemento lo tenemos en la Iglesia católica.
Ha sido reincertado por el papa Bendecido XVI, y es
de los curas que fueron ordenados por el obispo Lefebre,
otro que mejor baila.
¡Vaya fichaje!
 

Respuesta  Mensaje 8 de 11 en el tema 
De: CELIAN22 Enviado: 17/05/2010 22:24
Menudos ineptos tenemos

Respuesta  Mensaje 9 de 11 en el tema 
De: Amaly Enviado: 17/05/2010 22:39
Se ve que ese espeluznante e indeseable elemento no viajó ni pude ver algo que aun despues de tantos años sigue habiendo huellas de la masacre.
Fué el mayor centro de exterminio de la historia del nacismo, donde se calcula que fueron asesinados entre 1,5 millones y 2,5 millones de personas, la gran mayoría de ellas judias además de esclavos, prisioneros etc,[ además de medio millón por enfermedades y hambre.

El complejo de campos de concentración de Auschwitz fue el más grande que creó el régimen nazi. Incluía tres campos principales; en todos ellos los prisioneros eran utilizados para realizar trabajos forzados. Uno de los campos también funcionó durante mucho tiempo como campo de exterminio. Los campos estaban ubicados aproximadamente 59 kilómetros al oeste de Cracovia, cerca de la frontera germano-polaca de antes de la guerra, en la Alta Silesia, un área anexada por la Alemania Nazi en 1939 después de invadir y conquistar Polonia. Las autoridades de las SS crearon tres grandes campos principales cerca de la ciudad polaca de Oswiecim: Auschwitz I en mayo de 1940, Auschwitz II (también denominado Auschwitz-Birkenau) a comienzos de 1942 y Auschwitz III (también llamado Auschwitz-Monowitz) en octubre de 1942.

Los cuarteles en el campo de Auschwitz-Birkenau. Esta fotografía fue tomada después de la liberación del campo. Auschwitz-Birkenau, Polonia, posteriormente al 29 de enero de 1945.

 
 

Respuesta  Mensaje 10 de 11 en el tema 
De: CELIAN22 Enviado: 17/05/2010 23:18
La única idea que tienen son los niños, las demas cosas las olvidan

Respuesta  Mensaje 11 de 11 en el tema 
De: Quetal Enviado: 18/05/2010 06:20
 
 
MUY TRISTE


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