a Cuba.
Hablar de Cuba es hablar de un paraíso donde la
belleza natural se
entremezclar con el sueño de todo un pueblo bueno y trabajador.
Estoy sentado en el balcón de un hotel de La Habana,
viendo uno de
los atardecer es más alucinantes que jamás haya
imaginado, con una mezcla de
sentimientos tan fuertes como el olor de los puros
cubanos.
Pensé que escribir unas líneas sobre Cuba iba ser de
lo más sencillo después
de estar aquí por una semana, pero es difícil ser
objetivo cuando las ideas
se nublan y los ojos se humedecen constantemente con
la cantidad de sensaciones vividas en estos días.
Fui invitado por las autoridades de salud de este
bello país con motivo de
un congreso médico, perfectamente organizado por los
galenos cubanos.
En el congreso tuve la oportunidad de ver al
legendario Fidel Castro, que no
es más que los restos de lo que ha de haber sido un
fornido guerrillero.
Llegó fuertemente custodiado en su caravana de tres Mercedes Benz negros,
exactamente iguales a los que utilizo el general
Pinochet y
tambien Idi
Amin, dictador del Africa. Casualidades de la vida,
pensé.
Vimos a un anciano vestido de verde olivo hablar
confusamente en el foro
por más de una hora sobre mil cosas, palabras sueltas
sin mensaje alguno,
desde la guerra en Iraq hasta los mosquitos que causan
el dengue.
Como médico llegué a Cuba sabiendo que si bien aquí
no habría libertades, el
sistema de salud era uno de los mejores del mundo,
pues así lo reflejan sus
indicadores de salud y sociales y nos lo repiten
constantemente
los dirigentes del FMLN.
No sé que parámetros utilizan los políticos en Cuba,
pero ayer un niño que
parecía de siete años me contó que acababa de
cumplir 15 años, y en sus
pellejos traslucía una desnutrición severa y crónica.
Pedimos visitar un hospital y se nos llevó a un
hospital turístico
exclusivo para extranjeros, elegante e impecable mente
limpio, para después
enterarnos de que los hospitales públicos están
paupérrimos y se ven más
destrozados que nuestro hospital Rosales .
Son viejos, con filas eternas de gente esperando ser
atendidas, escasos de
medicinas y con un personal de salud exigiendo, por
debajo de la mesa,
algunos dólares extras a los usuarios si se quiere
que el enfermo se atienda oportunamente y con las mejores medicinas.
Y mi mayor sorpresa fue saber que un médico
especialista gana mensual mente la cuantiosa suma de $20.00... Así es,
20 dólares al mes, cuando una botella de agua cuesta $1
en la calle, agua
que por cierto no se puede tomar del chorro pues
está contaminada, según nos advirtieron los colegas de Cuba .
Si todo
esto sucede en La Habana, me imagino lo que será en
las provincias rurales.
En Cuba verdaderamente no hay mendigos harapientos,
ni niños descalzos deambulando por las calles. Pero sobran los viejos,
jóvenes y niños que se acercan a los turistas en los restaurantes rogando por
unas monedas o un pedazo de pan.
Los turistas tienen acceso a los lugares creados
exclusivamente para ellos,
hoteles gigantescos, restaurantes de lujo, todo en dólares
por supuesto. Los
cubanos solo pueden ser testigos pasivos de la buena vida
que se le ofrece al extranjero.
Como me comentó un amigo taxista, con los
ojos humedecidos
por la rabia y la tristeza: acá los turistas son los
humanos y nosotros
somos los extraterrestres.
Descubrir Cuba y su gente es descubrir el heroísmo y la
valentía de un pueblo que vive o más bien,
sobrevive en un régimen de opresión, miedo y
miseria. Gracias al auge del turismo que hay en este
país, los cubanos
pueden ver ahora las diferencias entre ellos y el mundo libre.
Al bajar del avion se me acercó calladamente unseñor y
luego de preguntarme de dónde era, me pidió un periódico
de El Salvador; están hambrientos de noticias reales del mundo real,
no de este fantasma creado
por sus autoridades, que acá ya nadie se la cree.
Muchos me han preguntado por nuestro ex-presidente Flores,
quieren saber cómo es su personalidad,
están impresionados con él, ya que es el único que ha
puesto a Fidel en su sitio.
De todo esto se han enterado porque alguien les ha
contado, ya que esta noticia,
como muchas otras, nunca se transmitió en Cuba.
La semana pasada fueron fusilados en La Habana tres jóvenes por haber
soñado con su libertad
y haber tratado de huir de Cuba en una lancha robada.
Por este grave delito,
fueron juzgados en un día, y 24 horas después,
fusilados salvajemente, como ejemplo para el pueblo de lo que le puede
suceder al que esté en contra del régimen.
Cuando me contaba este injusto hecho,
una hermosa cubana con una mirada conformista, sólo se me ocurrió
decirle que hay que tener fe
en que las cosas van a cambiar pronto. Qué estúpido me
sentí cuando me
contestó que eso han esperado desde hace 48 años y acá
siguen muriendo muchos. Unos a tiros, como estos tres jóvenes y
cientos que viven pero que
les han fusilado la esperanza de ser libres, de trabajar y
superarse, de exigir sus derechos sin ser reprimidos.
Pero sería injusto hablar de Cuba y sólo mencionar las
miserias de un régimen obsoleto y tirano..
Y AHORA siguen Venezuela, Ecuador, Bolivia-Nicaragua..
Hablar de Cuba es hablar de sus mujeres, de las más lindas
del mundo, del ritmo y de la calidez de su gente, de la mirada buena
de su pueblo, de las
bellezas de sus calles con olor a sal, tabaco y ron.
Hablar de Cuba es hablar de un paraíso donde la belleza
natural se trabajador que sigue
esperando su verdadera revolución.
Dr. Rodrigo Siman Siri.
Director Nacional Programa Nacional de Infecciones
de Transmisión Sexual ITS/VIH/SIDA
MINISTERIO DE SALUD, EL SALVADOR
*Médico Pediatra