Gracias, amiga, por tu cariñoso escrito.
Como sabes, el socialismo utópico fue una expresión que seguía las pautas evangélicas. Fue una coriente de ideas para luchar contra en capitalismo salvaje que se empleó en la etapa de la revolución industrial (aunque el capitalismo salvaje ha existido siempre). Y no porque se denominara utópico no fuera posible realizarlo, si no que al capital no le basta las buenas intenciones de las personas: hay que arrancarles sus privilegios y su salvajismo por otros métodos más expeditivos, como fueron los empleados por el Socialismo Científico de Marx y Engels, que este si cambió la realidad entre el capital y el trabajo.
Despues de estas dos formas de entender el socialismo, vino el Manifiesto Comunista, en 1848. El objetivo del Manifiesto era proclamar la proxima desaparicion de la propiedad burguesa y triunfo de la revolucion proletaria y comunista. Y en vista el auge que tomaba el Movimiento Obrero, fue cuando el papa León XIII escribió la encíclica Rerum novarum (latín: 'De las cosas nuevas') Fue promulgada el viernes 15 de mayo de 1891, a los 43 años después de Manifiesto Comunista. Como dijeron en aquella fecha: "La Iglesia ha perdido la clase obrera". Cuando la clase obrera había abandonado la Iglesia. Tarde, como suele ser la norma de la jerarquia eclasiástica, cuando se trata de ir contra los poderosos.
Bueno, amiga, tampoco yo sigo en este tema; aunque sí me gustaría conocer la historia de tu suegro. Debe ser interesante.
Con afecto, este ramo de flores para ti.