Es verdad que los flujos de la vida nos llevan como cada segundo que el reloj, en su eterna tarea nos da el tiempo que no para de seguir y seguir hasta que el fin se vuelve el principio.
Las inspiraciones que nuestro corazón nos brinda, son producto de una inmensa cantidad de pensamientos y emociones que vivimos el día a día, donde no entendemos con claridad lo que nos dicta nuestra mente, pero sin embargo hacemos cosas que al final nos llevan a sentir cosas realmente maravillosas.
A veces no sabemos qué es lo que nos depara la vida, no sabemos qué es lo que pasara mañana...a veces tampoco sabemos si aquello que estamos llevando a cabo tenga algún punto en que sea equilibrado y nos de la tranquilidad que nuestra mente necesita...pero nunca debemos temer a lo desconocido, a lo incierto y menos al mismo miedo de perder, puesto que en el miedo está escondida la sabiduría que forja la capacidad de discernir y saber qué hacer cuando nadie está alrededor nuestro.
Dicen que los corazones, especialmente el sentimiento del amor, se comunica a través de la distancia y el espacio...y en realidad así es...cada vez que sientas que llega ese bello pensamiento de la persona que más amas, de aquellas personas con las que compartes aunque sea un momento del día...en el corazón de ellas, ten por seguro que aunque no se den cuenta, allí está presente la fuerza del amor y de la amistad.
Escribo una composición dedicada a alguien muy especial en mi vida, que llevo en mis pensamientos y en cada una de mis emociones:
Laguna de pastos blandos y suaves,
llegan a este mes como una delicada ráfaga de fuerzas,
nadie entiende lo que sucede con el caballero,
menos que el rey pueda comprenderlo.
Amatista, jaspe, rubí y sales son las piedras que adornan el misterio de la rosa,
que no está dado sino para el que comprende la suave mano del emperador...
no es precavido el que anda con cuidado, sino el que entendió que el momento es el presente añorado.
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