LETRA DE LA MARSELLESA:
Marchemos, hijos de la patria, Que ha llegado el día de la gloria El sangriento estandarte de la tiranía Está ya levantado contra nosotros (bis) ¿No oís bramar por las campiñas A esos feroces soldados? Pues vienen a degollar A nuestros hijos y a nuestras esposas Estribillo: ¡A las armas, ciudadanos! ¡Formad vuestros batallones! Marchemos, marchemos, ¡Que una sangre impura riegue nuestros surcos! ¿Qué pretende esa horda de esclavos, de traidores, de reyes conjurados? ¿Para quien son esas innobles trabas, y esas cadenas tiempo ha preparadas? (bis) ¡Para nosotros, franceses ! Oh, qué ultraje ! ¡Ningún arrebato debe ponernos nerviosos! Es a nosotros a quienes pretenden sumir De nuevo en la antigua esclavitud. Estribillo ¡Y qué! ! Sufriremos que esas tropas extranjeras Dicten la ley en nuestros hogares, Y que esas falanges mercenarias Venzan a nuestros valientes guerreros? ¡Gran Dios! ¡Con las manos encadenadas, nuestros frentes sobre el yugo se doblegarían! ¡Los viles déspotas llegarían a ser los maestros del destino! Estribillo ¡Temblad, tiranos, y también vosotros, pérfidos, Oprobio de todos los partidos! ¡Temblad! Vuestros actos parricidas van al fin a recibir su castigo. (bis) Todos son soldados para combatiros Si perecen nuestros héroes, Francia produce otros nuevos siempre dispuestos a luchar contra vosotros. Estribillo' ¡Franceses, como magnánimos guerreros sufrid o rechazad los golpes! Perdonad a estas pobres víctimas que contra su voluntad se arman contra nosotros. (bis) ¡Pero el déspota sanguinario, pero los cómplices de Bouillé, todos esos tigres que, sin piedad, desgarran el corazón de su madre!... Estribillo ¡Amor sagrado de la patria, conduce y sostén nuestros brazos vengadores! ¡Libertad, libertad querida, lucha junto a tus defensores (bis) ¡Bajo nuestras banderas, que la victoria acuda a tus valientes llamadas! ¡Que tus enemigos expirantes vean tu triunfo y nuestra gloria! Estribillo ("Estrofa de los muchachos") Nosotros tomaremos el camino cuando nuestos mayores ya no estén, Allí encontraremos sus cenizas y la huella de sus virtudes. (bis) No estaremos tan celosos de seguirles Como de participar de su tumba; ¡Nosotros tendremos el sublime orgullo de vengarles o seguirles!
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