"Ellos pescaban , pero no sabía el Maestro de los pescadores hasta el día que llegó un pocos pescadores de hombres , entonces la historia cambió ...
En 1986, el MEAP nació ( Evangélica Públicas y Socorro de pescadores) , con la misión de comunicar el evangelio de Cristo , la plantación de iglesias entre los pescadores artesanales en Brasil. Un estudio completo identificado más de 2.000 comunidades sin el evangelio a lo largo de 8.000 kilómetros de nuestro litoral. Fue a principios de 1990 , y dos se obtuvieron importantes resultados . La primera fue una colaboración con varias iglesias, lo que ayudó a llegar a las islas mediante la plantación de nuevas iglesias. De acuerdo a las necesidades de cada comunidad , nacieron guarderías, escuelas, centros de alfabetización , cursos de formación profesional y programas de la dieta y la salud en general , los médicos y los dentistas voluntarios que trabajan con la prevención , tratamiento y distribución de testimonios de la relación con Dios. Sin embargo, surgieron proyectos de perforación , construcción de casas para los más pobres y varios otros.
El segundo resultado fue la movilización de muchas iglesias que, por sí mismo y envasados por el Espíritu de la Salvación, dejó caer su zona de confort e invadió las islas más remotas y las zonas costeras , con lo que la gracia y vida a donde entrenan a los líderes locales y donde se quedaron. Cerca de 1.600 aldeas de pescadores recibieron el evangelio en los últimos 18 años! Quedan alrededor de 400 comunidades a alcanzar, en casi toda la isla de Marajó . Para satisfacer esta necesidad , el MEAP pretenda formar en enero de 2006 , su último bastión en la costa ( en Macapá -AP) . Después de eso , se unirá a los que han trabajado en la tarea tan difícil y necesario de llevar el evangelio todo para las comunidades de más de 30.000 ríos de nuestro país.
Todo cristiano tiene la responsabilidad de Brasil para unirse a un proyecto de misión y cumplir con su parte en la evangelización del Brasil. El MEAP ofrece una oportunidad única para aquellos que deseen hacerlo. "
Artículo por Márcio Garcia, pastor y director ejecutivo de la MEAP - Socorro Evangélica y pescadores . www.meap.org.br
Tú has venido a la orilla,
no has buscado ni a sabios ni a ricos.
Tan sólo quieres que yo te siga.
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca,
junto a Tí buscaré otro mar.
Tú sabes bien lo que tengo,
en mi barca no hay oro ni espada,
tan sólo redes y mi trabajo.
Tú necesitas mis manos,
mi cansancio que a otros descanse,
amor que quiera seguir amando.
Tú,pescador de otros lagos,
ansia eterna de almas que esperan,
amigo bueno,que así me llamas.
Señor,me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca,
junto a Tí,buscaré otro mar.
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De Jesús, su grupo y el mar, se nos narran muchas leyendas. Hoy, nos sentamos a la tarde y dejamos que la brisa nos transporte hasta el capítulo 21 de Juan.
El contexto no es conocido: el cuarto evangelio nos va a presentar una de las muchas señales que realizó Jesús en presencia de los discípulos. En el cuarto evangelio esta señal, se sitúa como prototipo de los encuentros con el Resucitado; los sinópticos presentan una señal que provoca la llamada al seguimiento en el inicio de la Misión (Lucas desarrolla la breve escena de Marcos 1, 16-20 y Mateo 4, 18-22, añadiendo al relato vocacional de unos “pescadores de bajura”, el signo de la pesca fecunda).
Lucas y Juan guían la narración hacia la confesión de Pedro. El signo de la sobreabundancia de peces queda en segundo plano, pues lo importante es el asombro que lleva a Pedro a confesar la identidad del autor del signo. Los peces son peces, y nada más que peces; pero si nos trasladamos a la situación de los apóstoles, el relato de se llena de matices. Pasar una noche lanzando la caña o la red al mar y ver que no “pican” es desesperante... De los siete protagonistas es fácil suponer que alguno comenzaría enseguida a mostrar disconformidad con el plan; otro se enfadaría y renegaría de la ocurrencia de pescar en ese lugar; otro propondría alguna alternativa frente a Pedro, a quien se le presupone experiencia en el asunto y cuyo liderazgo se pondría en duda, no faltaría quien se diese alguna voz imponiendo su criterio..
Seguro que todos hemos pasados
por experiencias semejantes,
fracasar en un grupo es desconcertante.
¿Quién se arriesga a dar consuelo
o a proponer soluciones audaces?
A inicios de esta época estival, nos encontramos con Cristo junto al mar. En el atardecer de este tiempo, verás amaneceres y atardeceres que ensanchan horizontes. Será buen momento para tomar este capítulo 21 de Juan, y atreverse a hacer “el examen” que hemos evocado en Pedro.
Blog Pastoral de la Comunidad cristiana en Tordesillas
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