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LA RESERVA DE CONSUELO: El dios DINERO
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Quetal  (Mensaje original) Enviado: 29/07/2010 16:14
Quetal ha eliminado este mensaje


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Quetal Enviado: 29/07/2010 17:25

NO PODEIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO

 

¤¤¤

 
     
     
     
    Jesús no exige, como en el
    monasterio de Qumrán, la entrega de las propiedades a la comunidad. No impone a todos la renuncia a los bienes ni la colectivización de los mismos. Hay quienes lo dan todo y reciben mucho más, Zaqueo revisa su situación y da la mitad, otro ayuda con préstamos, hay mujeres que siguen a Jesús y le apoyan con sus bienes , otra hace con él un derroche al parecer absurdo. Nada está aquí legalmente reglamentado. Por eso no necesita excepciones ni dispensas de la ley.
     

     

 
 
El Evangelio es buena noticia para los pobres y, al mismo tiempo, mala noticia para los ricos (Lc 6, 24; St 5,1-6). Cuando el joven rico desoye la llamada del Evangelio, comenta Jesús: ¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el reino de Dios! Hasta los discípulos se asustan y preguntan: Entonces ¿quién puede salvarse? Jesús les dice: Para los hombres es imposible; pero no para Dios, porque para Dios nada hay imposible (Mc 10,17-27). Unas preguntas: ¿Se le pidió al joven rico más que a los demás (vende cuanto tienes y dáselo a los pobres)? ¿O es que su situación era especial (tenía muchos bienes)?
El mensaje de Jesús está en la línea de los profetas, defensores de los pobres. Los pobres plantean cuestiones tan vivas y universales como el pan, la salud, el trabajo, la vivienda, la educación, la justicia, la libertad. Los profetas denuncian los atentados contra el prójimo, inspirados en el afán de dinero: las diferencias escandalosas entre ricos y pobres, la opresión que sufren los débiles, la rapacidad de los poderosos, la tiranía de los acreedores sin entrañas, los fraudes de los comerciantes, la venalidad de los jueces, la avaricia de los sacerdotes y falsos profetas. Una sociedad así no puede subsistir.Por su parte, Juan el Bautista no exige prácticas ascéticas especiales: llama a la conversión a quienes se consideran creyentes de toda la vida. Es preciso compartir, evitar los abusos, no aprovecharse del poder.
 
    1. Las comunidades de Pablo no presentan signos tan espectaculares como la primera comunidad cristiana, la comunidad de Jerusalén. Sin embargo, late el mismo espíritu: que nadie pase necesidad. Con este espíritu organiza en Corinto una colecta en favor de los hermanos de Jerusalén, que lo están pasando mal. La colecta debe hacerse según estos principios: cada uno dé conforme a conciencia y dé con alegría. Pablo hace una advertencia sobre algunos abusos que se dan en la comunidad de Tesalónica: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.

      San Juan Crisóstomo, nombrado obispo de Constantinopla el año 397 y depuesto el 404, afirma lo siguiente: "No hacer participar a los pobres de los propios bienes es robarles y quitarles la vida. Lo que poseemos no son bienes nuestros, sino suyos".

     Durante siglos, el mensaje social del Evangelio se fue quedando en la sombra hasta llegar a una negación total del mismo. En una situación tan lamentable surge la doctrina social de la Iglesia, con la encíclica Rerum novarum de León XIII (1891). Cosas nuevas son el capital (nueva forma de propiedad privada), el trabajo (reducido a mercancía, bajo la ley de la oferta y la demanda), el conflicto entre ambos. Pero es una reacción de tipo filosófico y ético, más que una vuelta al Evangelio.

    (Fragmentos de una Homilía de

     Díez Alegría).

    Quetal

     

     


     
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