
Se enganchó mi falda en la alambrada de tu mirada rompiendo el encaje de mi locura Me quité las sandalias para caminar descalza y até la cinta de mi sombrero desafiando al viento Eché al mar la tortuga que me regalaste y deje rodar por la pendiente del recuerdo la bicicleta que colgaba en el garaje Abotoné los sentimientos en la blusa de la esperanza Y llené mis bolsillos con la arena de tu fabula pintando con un dedo gaviotas en el cielo


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