
Parece difícil no asociar el "chotis" con lo más castizo de Madrid, con sus verbenas de chulapos y chulapas y el sonido de un organillo pero, hemos de reconocer que si atendemos a su etimología la palabrita en cuestión no tiene indicio alguno de madrileño ni de español.
Y lo cierto es que así es.
Entre los bailes populares de los campesinos británicos, genéricamente llamados country dances (o contradanzas), a comienzos del siglo XVIII se popularizó en Francia uno procedente de Escocia, con acompañamiento de gaitas, y al que nuestros vecinos franceses llamaron anglaise o écossaise (escocesa).
Entre 1800 y 1830, esta danza, ya afrancesada, se hizo muy popular en Alemania, donde por evolución
de este baile escocés que habían recibido a través de Francia, surgió una variante de la écossaise a la que se dio por nombre Schottisch (palabra alemana que significa "escocés") y no estuvo de moda más que un par de generaciones, pues hacia 1840 fue desplazada por la polca de procedencia checa
Más fortuna tuvo este baile, el Schottisch, fuera del área germánica, pues se paseó por toda Europa al hilo de la moda para asentarse fuertemente en España, y sobre todo en Madrid, donde a finales del siglo pasado llegó a convertirse en el baile preferido de chulapos y chulapas. De este modo, el Schottisch, ya castellanizado a chotis, se convirtió en seña de identidad musical de las clases populares de Madrid, y así se ha mantenido hasta nuestros días, en que sigue siendo pieza obligada en cualquier verbena popular que se precie.
Estas cosas tiene la etimología, tan traviesa, que a partir de la traducción alemana del nombre francés de un baile escocés, puede dar a luz el más castizo de los vocablos.


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