¡Qué feliz soy amor mío!
Pronto estaremos casados,
el desayuno en la cama,
un buen zumo y pan tostado.
Con huevos bien revueltitos,
todo listo bien temprano,
saldré yo hacia la oficina
y tú rápido al mercado.
Pues en sólo media hora
debes llegar al trabajo.
Y seguro dejarás
todo ya bien arreglado.
Tú bien sabes que de noche
me gusta cenar temprano.
Eso sí, nunca te olvides
que yo vuelvo muy cansado.
Por la noche, teleseries,
que eso me sale barato.
No iremos nunca de shopping,
ni de restaurantes caros,
ni de gastar los dineros,
ni a despilfarrar los cuartos.
Tú guisarás para mí,
sólo comida casera.
Yo no soy como esa gente
que le gusta comer fuera.
¿No te parece, querida
que serán días gloriosos?
No te olvides que muy pronto,
yo seré tu amante esposo.