Se prendieron las velas, eso fue lo que dijo aquel personaje sentado
en la soledad, meditando sobre el cómo se encontraba la nada
dentro de sí, pero volvió a repetir, se prendieron las velas, y el amigo
del al lado le respondió, no, no se prendieron, solo se iluminaron,
eso es todo, no seas tan tonto.
Se miraron fijamente y volvieron sus miradas hacia el horizonte,
entonces se arrimó don Puc , los saludo con muchas euforia, pero
ellos solo lo miraron y luego lo ignoraron, don Puc al ver esto
se asombró, entonces dijo, ¿es cierto que se prendieron
las velas?, y los dos en coro exclamaron ¡solo se iluminaron!,
con lo que se dio el silencio, pues don Puc descubrió que sus
amigos dieron las repuesta más sensata que él había escuchado
en todo el tiempo que estuvo preguntando, así que se despidió
de ellos y se fue contento para la morada de su pequeño rey,
y lleno de expectativa le dijo a su rey- señor las velas no se
prendieron, solo se iluminaron, lo que quiere decir que el
paso de la guerra está muy lejos de aquí, que nuestro reino
está protegido de la matanza de nuestros hermanos y sobre
todo del aumento en el caudal de la sangre de tus discípulos.
Y el rey al escuchar esto le dio un abrazo tan fuerte que
don Puc por unos minutos, solo parecía un espagueti. y asi
paso el día, con el aliento de un amanecer sin nada que
dañara las ganas de sentir a su gente viva y fuera de peligro.
De este modo pasaron otros día y otras noches, dejando
entre si el sabor dulce de sueños tranquilos e inocentes,
atrapados en la felicidad que su monarca profesaba, mientras
que los enemigos trataban de encontrar la forma más rápida
de quitar esta sensación de alivio en las mentes de sus
pobladores, entonces se les ocurrió robar el tesoro de la niñez
y reemplazarlo por el desprecio y la indiferencia, pero como
hacerlo, como entrar al reino sin que las velas se prendieran,
como engañar a esas velas que como perros guardianes ,
avisaban a su pequeño rey y sus servidores del mal venidero,
si eran tan fieles que ni con el viento más fuerte se apagaban
ante una sospecha.
Pero las ganas de crear mal eran más fuertes que las ganas
de planear la estrategia perfecta, de darle tiempo al tiempo
para dar con la repuesta a estas incógnitas, y por eso los
intentos siempre fallaban, siempre resultaban una estupidez
para esas velas, que se reían de estos enemigos tontos y poco creativos.
De esta forma cansados de tanto perder, de tanto ser burlados,
fueron a consultar a un sabio muy famoso entre los habitantes,
para que les ayudara o al menos les dijera el porqué de tanto
fallidos en sus propósitos de acabar con el reino, entonces el
sabio con una sonrisa burlesca dio una respuesta poco esperada
– el problema radica en que vosotros no estáis haciendo esto por
vosotros , sino que lo estáis haciendo como una competencia entre
vosotros y este pequeño rey, el día que aprendáis a hacer las cosas
solo por la satisfacción de hacerlas, eso día y solo ese día podréis
acabar hasta con la fiera más fuerte jamás imaginada, por
vosotros los humanos.
Con estos los enemigos regresaron a sus casas con algo de
decepción y sin nada de esperanzas, pues la respuesta del
sabio había agotado con el objetivo con que se habían
hecho todos los actos de venganza cometido hasta entonces,
jamás se habían puesto a pensar que sus ideales nunca
fueron satisfacerlos a ellos, ni si que menos hacerlo sentir
bien, todos los habían hecho solo con ganas de competir,
de ganarle a alguien, para así sentirse poderosos mas no felices
y verdaderamente llenos .
Después de mucho reflexionar, de mucho pensar, todos los
enemigos, como si hubieran hablado telepáticamente, se
encontraron junto al lago de las nostalgias, con todas sus
lágrimas, y con todas sus desgracias al hombro, y todos
tratando de apaciguar el dolor , de compadecerse unos a
otros, decían a gritos, - lo único que hemos logrado, es
sentir este vacío, este maldito vacio, que nos ahogó en
esta derrota, ni siquiera los más grandes, los más
poderoso, pudieron derrotarnos tan profundamente y dejarnos
tan frágiles, como no nos dimos cuenta que las palabras
pueden derrotar a las más grande armas-y seguían
llorando sin parar un solo segundo, tratando de esa manera
que todos sus nuevas pesadillas se fueran, y así poder seguir
siendo los mismos de siempre, pero muy en el fondo sabían
que desde ese momento jamás volverían ser los mismos,
jamás volverían ser esos enemigos malvados que no dejaban
vivos a aquellos que les decían cobardes.
Pero que se le podía hacer, lo único, era separarse y redescubrí
de nuevo lo que algún día pensaron que eran sus vidas, entonces
cada uno retomo a su hogar con la mente revuelta de tantas
preguntas llenas de temores, llenas de nostalgias al dejarlas
crecer, haciéndolas cada vez más complejas y difícil de
cuestionar, pero era aún más difícil recuperar los tiempos
perdidos en batallas vacías y sin sentido, lo que provocaba
la pregunta más compleja de cuestionar ¿cómo empezar de nuevo?
si, esa era la pregunta, la pregunta que todos le temían, porque esta
lograba en ellos despertar las ganar de pedir un perdón, que ellos
mismo sabían, era difícil de dar.
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