La ley de la vida indica que deben ser los hijos quienes deben enterrar a sus padres, por lo que nadie está preparado para que esta relación se invierta. La muerte de un hijo es totalmente devastadora para cualquier padre, sin importar la causa de la muerte o la edad. Su sufrimiento es intenso, duradero y muy complejo.
Culpabilidad
Muchas veces, los padres experimentan culpa por haber sobrevivido a su hijo. Los padres se preguntan a menudo qué habrían podido hacer para prevenir las situaciones que pudieron haber causado la muerte de su hijo. Las afirmaciones de personas, que tratan de consolar a los padres diciendo que el hijo falleció como resultado de sus propias acciones, no puede aliviar el dolor que experimentan los padres, ni sus intensos sentimiento de aislamiento y derrota.
De cara al futuro
Muchos padres sienten que no tienen razón para vivir, pero también pueden pensar en distintas formas de lograr salir de este intenso dolor. Si embargo, es posible lograr un nuevo propósito y significado en la vida. El dolor se calma. Uno de los desafíos más exigentes a los que harán frente los padres, es a una nueva forma de encarar su vida. La pérdida de un objetivo, y vivir pensando en qué será de su vida sin su hijo, puede ser realmente muy perjudicial.
Como familia, habla de esta muerte con otros miembros; habla de tu pérdida y de tu dolor. Habla de los buenos momentos que tanto recuerdas. Otros miembros de tu familia (tu pareja, otros hijos, hermanos) se afligirán a su propia manera. Intenta entender esto: Es mejor expresar las sensaciones antes que guardarlas dentro. El llanto es sano y terapéutico.
Deja que tus amigos te ayuden. Cuando te pregunten qué pueden hacer ellos por ti, no te asustes de comunicarles tus necesidades y las posibilidades que ellos tienen de ayudarte. Esto, también les ayudará a ellos.
Muchos padres han encontrado que participando de un grupo autoayuda, pueden lograr realmente muchos avances. Al compartir sus experiencias con otras personas que han recorrido el mismo camino, se puede ganar una mayor comprensión de sus reacciones, y aprender diferente formas de hacer frente a la desgracia. En caso de extrema necesidad, es también recomendable la búsqueda de ayuda profesional.
Muchos padres en duelo, desean también hacer algo constructivo en memoria de sus hijos que se han ido. Muchos han establecido fundaciones, han plantado árboles, o se han involucrado en alguna ayuda comunitaria. Para muchos, estos actividades mantienen vivas las memorias de sus hijos, dándole a ellos mismos y a los demás la oportunidad de sentir la belleza de la vida y el amor de los hijos perdidos. Estas actividades no sólo son un tributo maravilloso hacia tus hijos, sino que también pueden ser muy curativas y terapéuticas, proporcionando además un sentido de vida como persona y como padre (o madre).
Alguien ha muerto, pero el amor que tú compartiste con tu hijo, nunca será destruido. Aún cuando la muerte llegó, el amor nunca se irá.
Tema Preparado por el Grupo de Semillas de Vida
Un Abrazo, que Dios te bendiga, te muestre su rostro, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti, muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, y mucha Prosperidad;