Remedios para la resaca de las fiestas
La noche anterior, esa última copita de champagne parecía una gran idea. A la mañana siguiente, tu cabeza latente demostró lo contrario.
La última vez que esto sucedió juraste no volver a excederte con las bebidas. Y el plan venía funcionando a la perfección, hasta que, simplemente, te olvidaste de tu plan. Y ya no te resististe a esa copita de más. Si te sentías tan bien...
Claro que, si miras a tu alrededor, verás que hay muchos otros en tu mismo bote. En el año 1992, un estudio danés reportó que cerca de ¾ de las personas adultas ocasionalmente sufren de dolores de cabeza provocados por la resaca —haciendo de éste el dolor de cabeza más común—.
Más allá de la abstinencia, ¿existe una forma de prevenir el dolor de cabeza que resulta del consumo excesivo de alcohol? ¿Existe una cura?
Digamos que puedes hacer muchas cosas, según un artículo sobre el tema en Headache, la revista de la American Headache Society (2007, vol. 47, no2, pp. 277-279).
¿Por qué se producen los dolores de cabeza de la resaca?
Las resacas suelen venir acompañadas de atroces jaquecas. Es casi una regla. Sin embargo, no es necesario que bebas demasiado para que te asalte una de estas migrañas al día siguiente.
Al respecto, los bebedores circunstanciales suelen tener dolores de cabeza con más frecuencia que aquellos que beben en forma asidua. No es necesario que te excedas. Incluso mojarnos los labios puede ocasionarnos dolor de cabeza.
Esto se produce porque el alcohol tiene tanto efectos directos como indirectos que contribuyen al dolor de cabeza. Lo primero que hace el alcohol es provocar deshidratación. El alcohol apaga el sistema de anti-deshidratación del organismo, haciendo que debamos orinar con mayor frecuencia.
Asimismo, el alcohol genera tensión en el hígado, haciéndolo menos apto para producir glucosa. La glucosa —azúcar— es el combustible que maneja cada célula de tu cuerpo. Las células cerebrales son particularmente sensibles a la ausencia de este combustible.
Por otra parte, el alcohol afecta los químicos en las células de tu cuerpo usan para comunicarse unas a otras. Uno de estos químicos es la prostaglandina, que regula la forma en que sientes el dolor, entre otras cosas.
El efecto indirecto principal del alcohol proviene de un químico llamado acetaldehído, producido mientras el cuerpo procesa la bebida alcohólica. Este químico funciona como una droga, haciéndote sudar e ir al baño. El ritmo cardíaco se acelera y el estómago se pone nauseoso. Si se acumula demasiado acetaldehído en tu cuerpo, seguro terminarás vomitando.
Otro efecto indirecto del alcohol son los problemas del sueño. Es por eso que resulta tan difícil “despertar” de una resaca —porque no habrás dormido bien a la noche—. Cuando bebes demasiado, sientes que te vas a dormir, aunque existe un paradojal despertar durante la noche. El alcohol interfiere con el sueño REM (rapid eye movement); y las personas se despiertan con frecuencia. Esto contribuye al dolor de cabeza.
Cómo prevenir el dolor de cabeza de la resaca
En primer lugar, ingiere una comida grasosa o aceitosa antes de beber. Los alimentos grasos generan una película sobre el estómago y hacen que la absorción del alcohol sea más lenta. Y la mayor parte de los alimentos grasos están llenos de carbohidratos, que luego se convierten en azúcar en la sangre. Así tendrás una ración extra de los azúcares contra los cuales atenta el alcohol.
A la hora de elegir una bebida alcohólica, otorga preferencia a aquellas que son claras. Las bebidas como el vino tinto y el whisky, contienen más sustancias saborizantes conocidas como congéneres. Estos subproductos naturales de la fermentación del alcohol pueden contribuir a la inflamación y empeorar los síntomas de jaqueca.
Cuando estés bebiendo, no lo hagas muy deprisa. Ingiere las bebidas alcohólicas en forma lenta. Dale a tu cuerpo tiempo para procesar el alcohol. Entre tragos, bebe al menos un vaso de alguna bebida no alcohólica. A dicho fin, el agua es excelente. Los jugos de frutas, como el jugo de tomate o el jugo de frambuesas, ayudan a tu organismo a reemplazar la glucosa que a perdido a causa del alcohol. Los refrescos, por su parte, también pueden ser beneficiosos, y la cafeína que contienen algunas de estas bebidas pueden contrarrestar la hinchazón de los pequeños vasos sanguíneos ocasionado por el alcohol.
Si consumes cafeína, asegúrate de aumentar la ingestión de agua. La cafeína hace que el cuerpo pierda agua, y nada es más importante para evitar la deshidratación que —justamente— el agua.
Deja de lado los cigarrillos, ya que el tabaco priva al cerebro del oxígeno que necesita. Y si no sabías que las drogas no son buenas para tu organismo, presta atención a lo siguiente: no bebas y tomes drogas al mismo tiempo.
Si ingieres algún medicamento por prescripción, habla con tu doctor antes de dar un trago. Dos cosas son las que debes averiguar: ¿el alcohol bloquea o exacerba los efectos de la medicación? ¿Tu medicación potencia los efectos del alcohol?
Si no tienes problemas estomacales o de sangrado —y si tu médico dice que todo está OK—, puedes tomar aspirina o algún analgésico de la familia de los NSAIS (antiinflamatorios sin esteroides), como son el naproxeno y el ibuprofeno. Estas drogas inhiben la prostaglandina —reguladora del dolor— y ayudan a contrarrestar los efectos exacerbadores de la prostaglandina del alcohol.
Hay algunos antiinflamatorios no esteroides que son particularmente efectivos para inhibir las prostaglandinas. Uno de éstos es el ácido mefenámico, comercializado bajo el nombre de Ponstel, y el ácido tolfenámico, que se vende con el nombre de Clotam.
Un pequeño estudio clínico realizado en el año 1983 mostró que las personas que tomaban Clotam antes y después de beber tenían dolores de cabeza más tenues. No obstante, Ponstel no está aprobado como un remedio contra la resaca, de modo que no deberás usarlo a este fin a menos que tu médico lo indique expresamente. Asimismo, evita ingerir Tylenol (acetaminofeno o paracetamol). En combinación con el alcohol, estas drogas serán perjudiciales para el hígado.
Cómo curar el dolor de cabeza de la resaca
Ya has cometido el pecado. Es demasiado tarde para la prevención. Incluso los cabellos te duelen cuando lees este artículo. Por fortuna, nunca es demasiado tarde para hacer algo para sentirte mejor.
Lo más importante es la hidratación. En consecuencia, los especialistas llaman a tomar abundante cantidad de agua.
Por otra parte, es importante tener algo en el estómago. En este punto ya no será una buena idea ingerir algún alimento aceitoso. Por el contrario, lo recomendable será comer algo suave, con proteínas y carbohidratos —un huevo cocido sobre una tostada sería pertinente—.
Asimismo, ingiere algo de azúcar. Los jugos ácidos no caerán demasiado bien en el cuerpo. Sí lo harán el jugo de tomate o el jugo de manzana. Si tu estómago puede soportarlo —y si no tienes problemas de úlceras o desórdenes de sangrado— consume aspirina, naproxeno, ibuprofeno u otro antiinflamatorio no esteroide. Recuerda no consumir acetaminofeno (Tylenol).
Si sufres de migrañas, será más difícil de discernir si estás padeciendo de un dolor de cabeza generado por el alcohol o de una de tus jaquecas habituales. En cualquier caso, si tienes algún medicamento contra la migraña, de la familia del triptán, tomar una píldora podría ayudar.
Muchos de estos «antídotos» contienen alguna droga antiinflamatoria, ya sea aspirina o una sustancia no esteroide. Muchos tienen cafeína, y otros contienen subproductos del azúcar.
Igualmente, lo mejor será beber con moderación, comer, ingerir una buena dosis de azúcar, y tal vez algo de cafeína. Y si ya es demasiado tarde, una aspirina o un antiinflamatorio no esteroide estarán bien.