Con el tañido azul de las campanas
anunciamos el fin del Año Viejo,
desgranamos las uvas, la esperanza
de feliz y de próspero Año Nuevo.
Llenamos las estancias de alegría,
ahogamos en burbujas los recuerdos,
abrimos los portales a la vida,
bailamos hasta el último lucero.
Por el rojo perfil del horizonte
asoma el primer día, un sol de invierno
alumbra con sus pálidos fulgores
el paisaje escondido de los sueños.
¿Estará nuestra tierra prometida
bajo las nubes grises?. Trae el viento
arpegios de lejanas melodías,
gemidos de fantasmas agoreros.
En la ciudad dormida, la mañana
circula por las calles del misterio,
enmudeció la voz de las campanas
y entona su canción el universo.
Emma - Margarita R. A. Valdés