
Podría desear que fuera primavera
este doce de noviembre.
Podría pedir que las ostras
se convirtieran
para ti en perlas.
Podría pedir que los peces
mudaran por ti
sus colores.
Podría bordar con metáforas
un mantel como aquel que atesoras
para honrar y festejar este día
que es tuyo
como ningún otro.
Podría hacer tanto...
pero prefiero
dedicarte este poema y proclamar en un verso
que somos —ante todo—
hermanos de senda

|