Como un ciervo anhela
la fuente del agua de vida,
así mi alma te busca
a Ti, mi Dios.
Mi alma tiene sed de Dios,
el Dios de la vida;
¿Cuando veré el rostro de Dios?
Envía tu luz y tu verdad
que ellas me guíen
y me lleven hacia tu monte santo,
a tus Mansiones.
(¡errores de "juventud"!)