Vestida de azul mirando al mar
con su brazo señalando lontananza,
su cabeza alta desafiando al horizonte
y su cabellera al viento alborotaba.
Aún el sol apenas asomaba sobre la nube
y ya el mar le preparaba su camino sobre el agua;
en la playa se hacían sombras en las pisadas
esperando que vinieran las olas a borrarlas.
Solo la alborada podía imitarla
que se unió al viento para que bailara,
y sobre la magia de aquel momento
surgió un sueño que la inmortalizaba;
grabando en mi mente su figura
y una imagen secreta en mi alma.
Apenas se agudizaban mi mirada
sobre aquella imagen azul sobre la playa,
su silueta rompía el silencio de la mañana,
y mi corazón asombrado se aceleraba
porque no podía pronunciar palabra
que plasmara aquella estampa.
Tampoco el viento quiso estar ausente
y de alguna forma contribuyó en la belleza,
tomando con sus alas su vestido
ciñéndolo suavemente sobre su silueta;
y la vi hermosa, como un hada azul,
mirándo a la alborada.