nuestros sentidos.
Caminar por los senderos
del bosque enmarañado
que es a veces nuestro simple
y complicado, a la vez, corazón.
Descubrir en él la belleza
de lo simple,
y quedarse extasiado
con esa simplicidad.
Descubrir que en ese bosque
hay más pajarillos que lo habitan,
que se han hecho poseedores
de una parte de él.
Que han anidado
dotando de más vida donde
no pensábamos que podía haberla
y deleitarnos también con sus cantos