
Primavera.
Llegó despacito, suave, hermosa,
cambiando el verde por colores vivos.
Se asomó como novia tranquila y misteriosa,
cubriendo de blanco los árboles dormidos.
Y
se embriagó la luna del aroma,
cuando todo vestía túnica de seda,
se fundieron las gotas de los cirios,
con la flor del azahar en primavera.
Comenzó la semana en que las noches,
eran emoción, fervor y amor incontenido.
¡Al paso!... decía la campana.
Y
flotó en el aire un sentimiento tan divino,
que aquella túnica mecida por la brisa,
fue ¡azahar en primavera florecido..!


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