Se apaga marzo sin que hayas venido, te esperé agotando hasta la última espera, te inventé en mi verso, te pinté de otoños, de ocasos y ríos, te nombré en el jazmín, en el almendro seco, en las hojas secas, en el inicio de la primavera, me sembré en la piel tu boca de miel desnudándome, encendí la luna sobre mi oscuridad, mas no estabas tú, solo desde un rincón se puede ver agazapado el fantasma de la soledad.
Marzo se opaca al paso de las horas, con mis primaveras que se mueren marchitas, por no verte llegar, por no poderte nombrar, el silencio es el grito de este verso mudo que desde el amor nace, que se hierve en mi sangre; de melancolía azul me baña el mar y la arena borra tus huellas con las olas que llegan; me quedo mirando como muere el crepúsculo en la lejanía, en la eternidad, y quiero encender otra luna porque quiero encontrarte ... más siempre estarás tú.
|