
Savia invisible, fusión del yo sagrado cofre milenario donde el llanto ríe con los símbolos que marcan latidos que crujen dóciles en el corazón.
Hálito divino que nos envuelve por dentro dejando bocanadas de inhalaciones que fértiles buscaron la salida única en épocas remotas, calladas…
El sol es un río de luz que inflama todo el aire, el soplo de sentimientos puros …agua…agua… Alma que asciende a las siete raíces celestiales desde la palabra poderosa donde emerge prístina.
En rincones sombríos llora la noche estremecida amordazados los sueños se funden en mis labios.
Alma es el abismo atesorado que resguarda un sentir, un llorar, un mirar al cielo sin entender porque hay luz y sombras en el periplo místico que ahonda fuerzas ocultas.
Pero el alma sigue elevándose hasta encontrar la esperanza que denota claridad superior donde el miedo se hace arena y el llanto se hace perla diamantina dando luz a la felicidad en lo interno.


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