La respuesta reside en la parte trasera del cerebro, en un área llamada cerebelo, que está relacionada con los movimientos motores. Nuestros estudios en el University Collage de Londrens han demostrado que el cerebelo puede predecir las sensaciones cuando las causan tus propios movimientos, pero no cuando alguna otra persona las provoca. Cuando tratas de hacerte cosquillas a ti mismo, el cerebelo predice la sensación, y esta predicción se emplea para cancelar la respuesta de otras áreas cerebrales a las cosquillas.
En el procesamiento de las sensaciones causadas por las cosquillas intervienten dos regiones cerebrales. El córtex somatosensorial procesa el toque y el córtex cingulado anterior procesa las sensaciones de placer. Descubrimos que ambas regiones permanecían menos activas durante las auto-cosquillas que durante las cosquillas realizadas por una tercera persona, lo cual ayuda a explicar por qué no se siente ese placentero hormigueo cuando es uno mismo quien lo provoca. Estudios posteriores en los que se emplearon robots, demostraron que la presencia de un pequeño retardo entre tu propio movimiento y la cosquilla resultante, podía hacer surgir la divertida sensación. En realidad, cuanto más largo era el retardo, más cosquillas se sentían. De modo que podría ser posible hacerse cosquillas a uno mismo, ¡si estás dispuesto a invertir en un par de robots!
Amaly