El Insomnio y los cinco sentidos

Demasiada estimulación antes de acostarse desvela, y ayudar a relajar los cinco sentidos puede ser una forma eficaz de lograr un buen descanso.

Todo lo que experimentamos con los sentidos se transforma en moléculas, que producen un cambio metabólico en la química del cerebro y de todo el cuerpo; de manera que cada uno de nosotros es el resultado de la manera que hemos metabolizado las experiencias.

Esta capacidad tiene mucha importancia para mantenerse saludable y también para recuperar el sueño perdido, porque los excesos de estimulación de los sentidos desequilibran el funcionamiento de los órganos y agita la conciencia.

Los diálogos internos, la velocidad del pensamiento y el compromiso con ellos, impiden conciliar el sueño.

La excitación de los sentidos se ha convertido en un modo de vida y la quietud y tranquilidad han pasado a ser cosas del pasado que anhelamos.

Las películas son cada vez más violentas, la música más estrepitosa y la actividad diaria más frenética; y todo eso provoca trastornos como la ansiedad y el insomnio.

Las personas sobreexcitadas tienen reacciones exageradas, piensan y se preocupan más, tienen dificultades para concentrarse, problemas de relación y estrés; y es probable que tiendan a tomar tranquilizantes.

Las investigaciones revelan que los remedios que inducen al sueño no son realmente tan eficaces como se cree, porque las drogas para dormir pueden tener efectos residuales adversos para la concentración y la coordinación hasta varios días después de ingerirlas, además de provocar un sueño artificial.

El problema de la falta de sueño es un desequilibrio emocional y como tal hay que tratarlo.

El cuerpo tiene ritmos biológicos que tienen que estar en armonía y al registrar vibraciones del entorno estridentes o disonantes el sentido del oído , puede alterar el ritmo del dormir. Cuando se produce una enfermedad, la armonía del cuerpo se altera.

La música si es armónica, melodiosa o imita los sonidos de la naturaleza, es un estímulo que puede ayudar a recuperar el ritmo biológico del sueño.
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Con respecto al sentido del tacto, la piel está íntimamente ligada al sistema nervioso, por lo tanto los masajes y un baño tibio antes de acostarse son beneficiosos.

El ambiente de descanso debe estar fresco y bien ventilado, sin demasiados objetos alrededor y en lo posible debe ser agradable y tranquilizante.

Los estímulos que se relacionan con el sentido de la vista son muy excitantes; por esta razón es recomendable evitar ver películas violentas por televisión hasta muy tarde.

El sentido del gusto es muy sensible, estimulantes como la cafeína, la nicotina o alcohol no se recomiendan de noche. La leche tibia en cambio, favorece el sueño.

El sentido del olfato influye notablemente en el comportamiento, tal vez en mayor medida que los otros sentidos, porque estimula recuerdos y funciones del sistema nervioso autónomo.

Los bulbos olfatorios se extienden directamente hasta el hipotálamo, que es el responsable de muchas funciones autónomas del cuerpo, entre ellas las del sueño y el despertar.

Las emociones modifican la producción de hormonas y éstas pueden ser transmitidas por el cuerpo al ambiente. Un sujeto, en estado de excitación, produce ferormonas relacionadas con el estado de miedo y pueden ser percibidas en el entorno.

La aromaterapia ayuda a dormir normalmente; como los aromas cálidos, dulces y ácidos de la albahaca, la naranja, la rosa, el geranio y otras especies. La esencia de lavanda es la más eficaz.

Fuente: “Sueño reparador” Deepak Chopra, Ed.Vergara, 1996