
Flores en la noche que descorren velos entre balcones ambarinos. Te presiento cercana en el silencio de tus pasos de sal. Las letras te dibujan con un incontenible arco iris, en una suave pincelada viajera. Existe un mundo de colores que no conoce de fronteras. Encuentro de armonías ciudadanas, que descubren un ritual en tus palabras. Sopla un viento de estrellas en la atmósfera incandescente, pero no me siento solo. Nunca supe de tu partida, porque en las calles y los altos caserones están tus ojos imaginando ausencias para contarle a la ciudad


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