Tenía 99 años y perdió la vida en su casa de Santos Lugares a causa de una bronquitis. Mañana le rendían homenaje en la Feria del Libro. Sus restos serán velados a partir de las 14 en el Club Defensores de Santos Lugares.
Testigo y paradigma de su tiempo, con el fallecimiento de Ernesto Sábato a los 99 años se extinguió -en su casa de Santos Lugares- la vida de un escritor emblemático de la literatura argentina, pero también una figura que adquirió una dimensión diferente luego de la dictadura militar con su labor al frente de la Conadep (Comisión Nacional de Desaparición de Personas).
Lejos de asumir un rol incontrastable, el autor de la trilogía de novelas “El Túnel“ (1948), “Sobre héroes y tumbas“ (1961) y “Abbadón el exterminador“ (1974) fue un escritor y un ser humano polémico, cruzado por sus propias contradicciones, presentes en algunos de sus personajes literarios.
“Nunca me he considerado un escritor profesional, de los que publican una novela al año. Por el contrario, a menudo, en la tarde quemaba lo que había escrito a la mañana“, declaró una y otra vez para referirse a esa obra que marcó las generaciones del 60 y 70 y se desdibujó cuando sus ojos comenzaron a fallar, para ser reemplazada por la pintura.