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Hacia mes y medio que lo había solicitado, me sentía bastante inquieto debido a la atonía vital que atravesaba. Sonó el teléfono (estaba viendo una vieja película de John Ford, no recuerdo el titulo, solo que, no salía John Wayne y eso me llamó la atención), una voz, metálica me anuncio que había llegado el momento. Yo mismo había rechazado muchas veces el intercambio, por prejuicios, por miedo, no sabría decir por que, y ahora, había llegado el momento.
Me presenté en la agencia (se suponía que la mejor en este tipo de viajes), un sujeto de impecable aspecto (pelo injertado, mentón Cary Grant, ojos última moda y lustroso traje) me acompañó hasta una sala que no se distinguiría nada de cualquier despacho de ejecutivo de no ser por la presencia de una pequeña cápsula con aspecto de huevo. Firmó la declaración definitiva, y sin mediar mas tramites ni mas explicaciones por su parte (ahí estaba la gracia, no saber nada), abrió la compuerta de lo que, ya daba por hecho iba a ser mi transporte: me introduje en el. En su interior solo había un confortable asiento en el que te me senté. Notaba los latidos golpearme las sienes, me temblaban las manos, sudaba fríamente. Todo cesó con la aparición de un reconfortante gas de agradable olor
Desperté con la sensación de haber gozado de un apacible sueño. La compuerta se abrió, el mismo individuo de antes me estaba esperando fuera con una sonrisa de oreja a oreja. (Pensé que algo había ido mal). Bienvenido, eso fue lo que dijo y lo que hizo que me diera cuenta de la situación: al igual que yo el también tenía sus idénticos, lógico. Deseamos que lo pase bien entre nosotros y este mundo responda a sus expectativas, buena suerte, se despidió y me condujo a la puerta de salida, parecía la misma por la que había entrado unos minutos antes (ese era el lapso de tiempo que para mi había transcurrido). Una vez en la calle me sentí un poco decepcionado, los edificios, los coches, las personas, todo parecía igual (según algunos viajeros con los que había hablado existían mundos muy distintos y otros parecidos, a mi por lo visto me había tocado uno de estos últimos). Decidí ir a casa, a ver que pasaba.
De momento ya no vivía en el mismo sitio. Al cabo de un rato de perplejidad se me ocurrió buscarme en la guía telefónica de una cabina pública: calle de La Comprensión, esa era mi nueva dirección. Cogí un taxi y me dirigí hacia allá.
Me baje del coche frente al portal indicado en la guía: se trataba de un bloque de dos plantas, completamente redondo, sin una sola arista, Un diseño bastante original en el que no había dos ventanas iguales (ni en forma ni en tamaño); se encontraba en el centro de una intersección en la que confluían multitud de vías. Me decidí a entrar:
El vestíbulo era un 1argo pasillo sin fin, rodeando a modo de cinturón las viviendas del interior, de sus paredes colgaban reproducciones de conocidos cuadros colocadas en lo que parecía un orden cronológico (un Van Eyck, un Botticelli, Bosco, Tiziano, etc.), al llegar e otro Van Eyck llamó a la puerta que se encontraba a su derecha (la que se suponía mi puerta, pero no estaba seguro). Un hombrecillo enjuto de avanzada edad, pelo canoso y arrebujado rostro, la abrió y se dio la vuelta sin hacerme demasiado caso, adelante, adelante dijo de espaldas a mi. Lo seguí atravesando un amplísimo salón de estilo victoriano hasta un cuarto de repletas estanterías y un par de sillones (una biblioteca)
-Aquí tienes toda la información que necesitas -observación hecha mientras se sentaba en uno de los sillones (mas bien se hundió en él)
-Información sobre que, yo solo he venido a pesar unas vacaciones.
Sonrió al tiempo que movía su cabeza vehementemente.
-Tenía la impresión de que tus intenciones eran cambiar de vida.
-En efecto, pero tan solo durante un ano. Quien es usted?
-Acaso crees que eso es posible -ignoró la pregunta-, que se puede tomar una decisión aceptar sus consecuencias y volver al mismo punto en que estabas antes, como si nada hubiera ocurrido.
-En eso consisten los viajes a mundos paralelos, no?
-Quizá sea así de donde tu vienes pero aquí no existen los mundos paralelos, todas las posibilidades, todas las opciones se encuentran aquí, fuera de este mundo no hay nada.
Pensé que me había equivocado de puerta, este tío estaba mal de la cabeza
-Eso no es posible -repliqué- cómo habría podido llegar hasta aquí si no?
-Desde tu punto de partida es factible porque forma parte de su realidad, pero esa realidad ha variado una vez concluido el viaje; eso es lo que tanto ansiabas: Una realidad distinta. Ya la tienes.
-Bueno, pero dentro de un año a casa.
-Lo siento, esto es definitivo, desde donde estas ahora no hay viaje a ninguna parte. Para entendemos, cogiste el último autobús, ya no salen más
-Esto es de locos. Volveré a la agencia.
-Ya no existe ninguna agencia, desapareció en cuanto saliste por la puerta.
-Cómo puede saber tanto sobre mi?, cómo puede saber todo eso?, como salió de aquí mi idéntico?
-No había ningún idéntico, te pusiste pesado y decidieron mandarte a este lugar. Todo esto lo se porque esta escrito, yo lo escribí, yo te creí. Vine aquí para conocerte en persona, vine de un mundo en el que todo lo narrado ficticiamente se convierte en real en el tuyo de origen. Ahora los dos pertenecemos a este. Seguramente alguien se burla de nosotros mirando desde algún otro.
-Si lo sabias, porqué me hiciste pasar por esto?
-Para mi eras solo un personaje, te pido disculpas.
-Y con eso y un bizcocho hasta mañana a las ocho.
-Lo siento, no puedo decirte nada mas.
-Creo que debería escribir un relato en el que fueras sodomizado por una manada de caballos salvajes, qué te parece la idea?
-Entiendo tu enfado pero la situación, no es tan grave. Este mundo esta lleno de posibilidades: si te has fijado en la casa veras que forma una perfecta circunferencia, lo cierto es que no tiene principio ni fin, puedes recorrerla eternamente y nunca veras lo mismo dos veces, cada vez que te asomes a una ventana, aunque te parezca la misma, veras algo distinto; cada vez que abras una puerta dará a un sitio diferente; cada mañana cuando te levantes nada tendrá que ver con lo que ocurriera el día anterior. Cuando tu y yo hayamos desaparecido otros moraran aquí y vivirán su propia historia.
Sus palabras y la serenidad con que eran pronunciadas me tranquilizaron; de repente me sentí como en casa; tuve la extraña sensación de haber estado allí siempre.
-Eso me parece aceptable -le dije.
-Aceptas vivir, por tanto -concluyó
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