
Por caracoles, niña,
tus caracoles.
Mueves las manos
abanicando el aire
saturado de azahares,
acariciando mi alma
que se repliega ante
esas mariposas de arte.
Levantan el vuelo
con tus requiebros
manteniendo rumbo
al sur del horizonte
envolviendo sutilezas
de mágica excelencia.
Caracoleas con tu falda
cargada de volantes,
moviendo tus caderas
la enagua se levanta
y zapateas suave,
divertida y coqueta.
Niña, por caracoles
bailas por la marisma
y las garzas dan palmas
acompañando tu risa.

