Cada individuo es tan único, que no te puede ofrecer un mapa absoluto; tan sólo te pueden ofrecer pistas, pistas vagas, indicaciones. No tienes que aferrarte a esas indicaciones. Sólo entiéndelas, absórbelas y no juzgues nada. No pidas recetas... Tus compañeros de viaje pueden enseñarte muchas cosas, pero jamás decirte por donde ir. Y aunque intenten explicarte su experiencia lo que percibas tendrá una fragancia similar pero no será exactamente lo mismo. Uno tiene que ser consciente de esto.
Ellos te darán pequeñas pistas. No son algo matemático, no son como el dos y dos son cuatro. En el mundo de lo misterioso, algunas veces dos más dos son tres, otras veces dos más dos son cinco. Y tus compañeros son un misterio para ti; siempre lo serán, y tú también para ellos.
No los interpretes, no los juzgues, simplemente disfruta de su compañía.
Algunas cosas sucederán en tu camino que no le sucedieron a otros. Algunas cosas sucederán en tu camino que no sucedieron en el mío. En el mundo existen tantos caminos como personas. Nadie puede estar en tu lugar, incluso aquellos que están muy cerca de ti no están exactamente en el mismo lugar que tú. Tu ángulo de visión será un poco diferente al ángulo de visión de alguien que se encuentra a tu lado, dándote la mano. No hay dos personas que puedan ver el mundo exactamente de la misma manera, es imposible. Y todos tienen que operar desde su lugar, desde su estado.
Si caes tendrás una mano amiga que te levante, te sacuda el polvo y te sonría con amor. Si es tu amigo no te dirá nada, absolutamente nada. No lo olvides.
Quetal |