Un muchacho llega a una tienda deportiva y le pide al vendedor que le enseñe la mejor mira telescópica que tenga para su rifle.
- Esta es la mejor del mercado. Tanto, que si miras hacia la cima de aquella montaña podrás ver en mi casa el nombre del perro en la caseta.
El muchacho enfila la cima con la mira y empieza a reir.
- De que te ríes? - pregunta el vendedor.
- Es que estoy viendo en el jardín a un hombre en bolas corriendo detrás de una mujer en bolas.
El vendedor toma la mira, la enfila para su casa y empieza a enrojecer y echar humo por las orejas.
Toma dos balas y se las da al muchacho diciéndole:
- Vamos a hacer un trato. Te doy estas dos balas y, si aciertas con una en la cabeza de mi mujer y con otra en las bolas del hombre, te regalo la mira telescópica.
El muchacho toma el rifle, la mira y las balas, pone el ojo en la mira y apunta el rifle hacia la casa.
Después de un momento de indecisión le dice al vendedor:
- Creo que puedo hacerlo de un solo tiro.