Los consejos no siempre son necesarios.
Dar consejo al que no lo pide, es igual que meterse a arreglar la vida ajena. En estos casos nos pueden decir que por qué no arreglamos lo nuestro. Es buena la máxima de: Vive y deja vivir.
Cuando te piden consejo, se dan, aunque de nada sirve, porque lo normal es que no se haga caso a ellos. Se escucha, pero después uno hace lo que le sale de dentro. Esto me parece perfecto, porque hay que aprender con la experiencia, y además lo que le viene bien a uno, no tiene por qué venirle bien a otro. Cada persona es un mundo.
Lo que sí puede hacer el consejo, es ayudar a levantar el ánimo del otro, dar fuerzas en un momento determinado.
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