Me abro al sol de mi alma, el que alienta mis emociones y las viste de amor y de ternura para que florezcan esplendorosas en su plenitud y pureza.
El sol de mi alma es el alimento para mis sentimientos escondidos en el subconsciente y los nutre de confianza para que afloren con fuerza.
Es el mismo sol que irradia sus dones y los manifiesta a la luz del día y en la noche se duermen, embelesados con la belleza de la luna y las estrellas.
Son aquellos que se despiertan en el corazón y la mirada del momento presente, que los acaricia y empuja a resurgir a diario, recostados en un portal que muestra lo mejor de si.
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