Chistes de Gallegos
- Oye, Manolo, ¿quieres ser Testigo de Jehová? – ¡Pero Yo ni siquiera vi el accidente! 0000
A un gallego lo detiene la policía y le dice: - Deme su nombre y apellido. - ¿Está loco? ¿Y yo después cómo me llamo???
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- Oye, Paco, ¿sabes cómo se llaman los habitantes de San Francisco ? - Hombre, pues no todos…
Suena el teléfono en la casa de Manolo: - Manolo, que te estoy llamando por la cortadora de césped… - Caramba, pero que bien se te escucha.
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¿Me da un desodorante, por favor?
- ¿De bola?
No hombre de axila.
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La rubia pasa un semáforo en rojo y la detiene un policía gallego: - Ay, lo siento, oficial, es que soy daltónica…. - Ah, ¿pero usted cree que soy tonto?
¿Me quiere hacer creer que no hay semáforos en Dalton?
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ZAPATOS NUEVOS. Pepe el gallego fue el martes a la zapatería. Después de probarse unos cuantos pares, eligió unos italianos, muy elegantes.. Al entregárselos, el empleado le advirtió: – Señor, este tipo de zapato suele apretar bastante los primeros cinco días.
No hay problemas -respondió Pepe- no los voy a usar hasta el domingo...
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LA FUGA 50 gallegos presos en un barco-prisión se ahogaron… Habían perforado un túnel para fugarse!!.
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El Abuelo gallego. ¿Así que tu abuelo murió en la consulta del médico? ¿Y el médico qué le dijo antes de morir? Le dijo: – Cuente conmigo, señor: cinco, cuatro, tres, dos, uno, cero…’
La viuda gallega… Se muere el marido de una gallega y se acerca un amigo a la viuda: - Lo siento. - No, déjalo mejor acostado…
Los pollos del gallego. Dos gallegos se encuentran en un camino. Uno de ellos llevaba una bolsa al hombro. - ¿Qué tienes en la bolsa? -dice uno. - Pollos -responde el otro
- Si acierto cuántos llevas, ¿puedo quedarme con uno? - Si aciertas, puedes quedarte con los dos. - Bueno, pues....¡ cinco!.
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Divorcio gallego. Una pareja gallega está preparando el divorcio, y dice ella: - ‘Yo me quedo con el nene, Manolo… ’-. – ‘¡Joder! ¿Y eso por qué? ’-. – ‘Pues porque es mío, no tuyo…..’- dice ella. - ‘¡Pero si tampoco es tuyo!’- contesta el gallego. - ‘¡Cómo que no!? ¿Y quién lo parió?’- pregunta ella. - ‘No sé… ¿Tú te acuerdas el día que nació, estando en la maternidad, que se ensució y me dijiste que lo cambiara? ’-. – ‘Sí…’-. – ‘Pues.. ¡Lo cambié!’-.
Gallego atropellado. A un gallego lo atropella un autobús, y toda la gente se aglomera alrededor de él. El gallego, delirando, dice: – ‘¡Inclínenme, inclínenme!’ - Y la gente lo inclinaba, pero el gallego seguía gritando: - ‘¡Inclínenme, inclínenme!’ - La gente ya no sabía cómo ponerlo, y el gallego dice: - ‘Si no hay una clínica, hospitalícenme.
El pingüino del gallego. Se encuentran Venancio y Manolo, pero éste último llevaba un pingüino?
-.. – ‘Pues na, que me lo he encontrao, y no sé qué hacer con él’ -. – ‘Si serás bruto, Manolo, ¿por qué no lo has llevao al zoológico?’ -. – ‘Hombre, pues qué buena idea… Hoy mismo lo llevo al zoológico…’ Al día siguiente se vuelven a encontrar, pero Manolo sigue con el pingüino, por lo que Venancio, extrañado, le pregunta: - ‘¿Qué ha pasado contigo, Manolo, no habías dicho que llevarías al pingüino al zoológico?’ -. – ‘Hombre, pues lo he llevao, y nos hemos divertido tanto, que hoy vamos al circo...
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-. El galleguito. Murió el gato del galleguito. Su mamá lo consolaba: - ‘No llores, hijito. El Michi ya está en el Cielo, con Diosito’. Y el galleguito le pregunta entre sus lágrimas:
Y qué chingaos va a hacer Diosito con un gato muerto?...
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