Es el atardecer en tu camino, un cielo azul, diáfano, transparente, como lo es un lago cristalino; que envolverá al pasar, calladamente, esa niebla flotante sobre el río. Más, brotará la luz en la tiniebla, la lágrima será fresco rocío, rayo de sol que disipó la niebla. Una estrella fugaz, en el vacío, te pareció sentir corazón mio un algo, tan profundo, misterioso... Como una aspiración que se despierta, una inquietud acaso ya olvidada, un algo que cerró la herida abierta, una tranquilidad nunca lograda. Será la hora de partir acaso estela de luz, por el azul inmenso, estela luminosa en el ocaso, entre la noche y el albor suspenso. Será un efluvio suave y atrayente, que envolverá borrando la amargura de mezquinos afanes, suavemente, en efluvios de paz y de ternura.
|