Un hombre de mediana edad, honesto y respetuoso de los valores esenciales, que vive con su hijo, a quien ha criado solo, imprevistamente se queda sin trabajo.
Como necesita trabajar de inmediato, su prima le ofrece una ocupación en su agencia de Solos y Solas, para actuar como un cliente interesado en las mujeres que buscan al hombre de sus vidas, porque hay pocos hombres y muchas mujeres, dispuestas a pagar una buena suma.
Es un negocio con aristas fraudulentas que conmueve los cimientos de las convicciones de este señor, pero la necesidad tiene cara de hereje y no obstante ser ésta una ocupación en contra de sus principios, decide aceptar.
Se trata en un primer momento de encantar a las mujeres para después desencantarlas de alguna forma, sin herir sus sentimientos y sin provocarle ningún daño emocional.
Las mujeres son muy vulnerables emocionalmente y no pueden tolerar sin sufrir, el ser rechazadas o abandonadas; pero sí pueden comprender una situación difícil que justifique el fin de una relación o descubrir un perfil no deseable en el candidato y desencantarse solas, mientras tanto, han podido disfrutar de esa ilusión mientras duró y luego, por propia decisión, cuando se desencantan, aceptar terminarla.
Este es el tema de una nueva serie televisiva que comenzó el domingo pasado a las diez de la noche y que se transmite por un canal de aire, que promete deleitar al público con una comedia bien hecha y con humor, que cuenta con excelentes protagonistas y con un director de gran prestigio.
Los personajes pueden abordar temas dramáticos y hasta cuestionamientos filosóficos y dejar picando la pelota para el que pretenda, como el protagonista, resolver el interrogante de cómo ser honesto en un mundo deshonesto.
En su primer papel, el protagonista se arrepiente y decide confesarle a la mujer en la primera cita la verdad y que todo lo que le dijo sobre él es mentira.
Sin embargo, contrariamente a lo que él creía, la verdad hace sufrir a la mujer que se ha enamorado de él y desea continuar la relación aceptándolo como es.
El hombre descubre así que decirle la verdad la hizo sufrir pero luego, al inventar él una mentira para deshacerse de ella, no sólo la conforma sino que además lo perdona y queda encantada de haberlo conocido.
Muchos se sentirán identificados con este personaje, obligados a hacer algo que por un lado le resuelve un problema pero por otro le causa un problema de conciencia.
No es difícil encontrarse en la misma situación, porque a veces, la necesidad tiene cara de hereje y cuando aparece una oportunidad que la resuelve puede ser algo que está en contra de nuestras convicciones.
¿Qué hacer en estos casos? ¿A quién le podemos pedir un consejo?
No podemos pedirle consejo a nadie, porque el problema es que también elegimos al consejero.
Sartre diría que en estos casos hay que elegir actuar de buena fe, o sea por instinto.
Hacer feliz a la gente que compra una ilusión, aunque sea por un tiempo breve y luego desilusionarla, para poder subsistir, ¿es una mala acción o no lo es? No lo sabemos, porque lo que creemos que es malo para nosotros puede ser bueno para otros.
La línea entre el bien y el mal parece ser tan delgada como el filo de una navaja.
Este es el tema de una nueva serie televisiva argentina “El hombre de tu vida” que se comenzó a emitirse el domingo pasado y que continuará emitiéndose durante veintidós semanas más, que dirige un afamado director e interpretan con gran maestría conocidos actores argentinos de larga trayectoria y sólido prestigio.
Se trata de episodios unitarios que duran una hora que se desarrollan en los alrededores del tren de la costa de Buenos Aires, que giran todos alrededor del mismo eje.
Creo que hay que verla, porque es haber encontrado una joya en el medio de la basura.