Por primera vez en su vida, las alumnas de la sección permanente de adultos de X y del X aprenden informática y comienzan a navegar por la red. Todo un ejemplo.
.- Les hace tanta ilusión que llegan al aula mucho antes que el maestro. Superados los miedos iniciales, las veteranas alumnas de X y el X sueñan con "el día que toca ordenador". Para ellas la brecha digital ha comenzado a reducirse. Pese al poco tiempo que llevan utilizándolo ya saben encenderlo, entrar en el procesador de textos, manejar el ratón y realizar sus primeras incursiones por la telaraña mundial.

La mayoría todavía no sale de su asombro pues lo que parecía imposible, sólo al alcance de sus hijos y nietos, comienza a resultarles familiar. Escribir con distintos modelos de letras, cambiar sus tamaños, colores, centrar textos, usar el buscador para encontrar información e imágenes, localizar el lugar donde viven sus parientes,... Todo lo tienen ahora a su alcance gracias a las clases iniciales de su maestro, Agustín Galindo Hernández. Ahora todas se muestran felices aunque un poco incrédulas. «¡Quién me lo iba a decir, a mis 74 años aprendiendo a usar el ordenador!», exclama Pepa. Mientras tanto, Teófila busca parsimoniosamente las letras del teclado. «Me gusta mucho porque es interesante descubrir cosas y no es tan difícil como creía», indica. Y así, todas manifiestan su sorpresa por lo fácil que les ha resultado esta primera aproximación al mundo de la informática. Ello ha sido posible gracias al convencimiento de su tutor que se planteó «la necesidad de que fueran ellas quienes descubriesen si son o no capaces de enfrentarse y dominar al ordenador o por lo menos perderle el respeto».

Quetal 