En este inmenso mar en el que estoy sumergida, me siento vacía y sola. La melancolía inunda mi alma, los peces, las algas, la belleza de este océano, no me llena, no me deja huella, me siento fuera de lugar en este mar, tan bello, tan brillante. No me siento parte de ningún sitio, me siento un bicho raro al que le falta encontrar su lugar, su centro, su camino en esa vida, la cual me cuesta vivir, la cual me cuesta seguir. Mi tristeza me acompaña, pues no puedo hablar, no puedo comunicarme con nadie, mis sonidos atraen a los naúfragos a la perdición, quisiera ser una persona normal, que pudiera hablar y relacionarme con los demás y dejar de sentirme sola y triste en este inmenso mar. Sólo en mis sueños me evado, sólo en mis sueños consigo ser feliz, porque me imagino al guardían de mis sueños, que en las noches me habla, me anima y me deja ver que en mi vida no estoy sola, por mucho que así me sienta. En mis sueños me siento viva, me siento acompañada y me siento capaz de que mis sueños se hagan realidad, por eso durante el día quiero que la noche llegue pronto, para sentirme un poco feliz. En este océano tan inmenso, me siento una simple sirena varada en busca de su felicidad.
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