
Dicen que al alba avistaré una estrella transparente, que la quietud que transito es circulo, pan y hoja, que en estas arenas serpentea el olvido, que sellaron, a cal vencida, los abismos.
Dicen que entorne los ojos y atienda al tantán del crepúsculo, que avance sin creer ni crear horizontes en la bahía de la retina.
Dicen que aquí no me alcanzarán las pinzas de la derrota y una abeja minúscula me silva que tampoco sabrá mi lengua de los azúcares de la contienda.
Al oeste presiento un éxodo de espuma y, bajo mis pies, un seísmo de hierbas, regazo para el impulso adormecido.
¿Dónde estoy?
Dicen que al alba avistaré una estrella transparente, mas me diluyo en un paréntesis de agua. Y a lo lejos, a lo lejos, una voz primitiva reverbera y confirma que me hallo en el vientre voraz de la Nada.


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