Cuentan que en un instituto un severo profesor, -¿Dónde se encuentra la albúmina? a una alumna preguntó.
¡¡En los huevos!!, le apuntaba su amigo tras de la reja, pero la chica no osaba repetir la palabreja.
Hasta que, al ver que el examen iba hacia un fracaso fijo, bajando la vista al suelo -En los testículos- dijo.
-Sin pretender ser tan fina (le apuntaba el profesor) ya hubiera usted respondido a mi sencilla cuestión.
Y entonces la colegiala, pasando de inhibiciones, dijo que corte le daba decir que era en los cojones.
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