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SÓLO PASA EN CÁDIZ, Y PASÓ DE VERDAD
Fueron de compras dos señoras, tía y sobrina, al centro comercial Carrefour del Puerto de Santa María, cuando en la carretera por la que venían de vuelta vieron en la cuneta una cosa.
Y le dijo la tía a la sobrina:
—Mira, Paqui, lo que hay en la cuneta, una barbacoa, ¡y está nuevecita! Para el coche y vamos a cogerla que no viene nadie.
Pararon el coche, metieron la barbacoa en el maletero, y siguieron su camino.
A los 10 minutos escucharon un helicóptero sobrevolando el coche, miraron por el espejo retrovisor y vieron que dos coches de la Guardia Civil las seguían. Uno de ellos las adelantó; el helicóptero, también de la Guardia Civil, bajó casi hasta rozar el techo del coche; y el otro coche de la Guardia Civil les hizo señas para que pararan.
Tía y sobrina estaban asustadísimas, pues no sabían lo que pasaba, así que pararon el coche. Se les acercó un guardia civil y les dijo:
—Buenas tardes, señoras; documentación, por favor.
Y se la entregaron, ahora más asustadas.
—¿De dónde vienen ustedes?
—Venimos del Carrefour.
—¿Del Carrefeur?
—Sí, de allí venimos.
—¿Me pueden abrir el maletero?
—Sí, sí, claro.
Abrieron el maletero y le dijeron al guardia:
—¿Lo ve usted? Venimos de comprar.
—¿De comprar? ¿Y esto que hay aquí, qué es?
—Es una barbacoa que nos hemos encontrado en la cuneta, señor agente.
—¿Una barbacoa, señoras? ¡¡lo que habéis cogido es el RADAR DE LA GUARDIA CIVIL!!
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