Método rolfing
La técnica fue desarrollada por un bioquímico norteamericano a principios de siglo pasado, pero recién se ha implementado en los años ochenta en Europa.
Esta terapia manual tiene como objetivo mantener el cuerpo en una posición adecuada. “Se trata de reeducar el cuerpo y encontrar el propio alineamiento óseo y muscular”, comenta la traumatóloga española especialista en método rolfing Verónica Zuluaga.
El rolfing se basa en diez sesiones en donde el profesional actúa sobre los problemas posturales del paciente y los corrige.
“Mediante una serie de masajes profundos y tratamientos más exhaustivos se logra llegar al equilibrio postural apropiado”, explica Zuluaga.
Características del método rolfing
· En la primera sesión se realiza una lectura del cuerpo en donde se analizan los dolores a mejorar.
· Se eliminan de a poco los movimientos mecánicos que se tienen por defecto sin percatar en ellos y que dañan la postura correcta.
· Entre sesiones hay que dejar pasar un tiempo prudencial. “Las sesiones tienen que espaciarse lo suficientemente para evitar lesiones. Entre sesión y sesión se suelen dejar unos quince días de descanso”, expresa la traumatóloga.
Ventajas para la salud de mantener una buena postura
· Beneficia a personas de cualquier edad
· Se alivian notablemente los dolores crónicos
· Se recomienda especialmente esta terapia a aquellas personas que han tenido un accidente y quieren recuperarse de alguna lesión
· Aumenta el rendimiento de los atletas
· Ideal para aliviar los síntomas de la escoliosis
“Quienes han atravesado por esta experiencia ven su figura distinta, más altiva y elegante. La fisonomía se ve más esbelta.
No solamente es una transformación física sino anímica ya que la persona se siente mejor con su físico y su autoestima se eleva mejorando así sus capacidades intelectuales”, comenta la especialista.
En la terapia, lo primero que se hace es intentar que el paciente escuche a su propio cuerpo.
“Tiene que existir una consciencia entre la mente y el cuerpo y esto solamente se logra con una verdadera conexión. Hay que escuchar las necesidades del organismo. Si hay que dormir, comer o llorar.
Todos estos requerimientos tienen que satisfacerse sino el cuerpo pasa factura y se inicia un desequilibrio del que luego es complejo liberarse”, reflexiona la traumatóloga.
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