INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven, Espíritu Santo de Amor
envíanos desde el cielo un rayo de tu luz.
Tú, Padre de humildes y pobres,
fuente de todos los dones,
claridad interior ¡ven!
Consolador único, íntimo del alma,
frescor lleno de dulzura.
En el trabajo, Tú, el descanso,
en la fiebre, una mano suave,
en la pena, una fuerza de ternura.
¡Oh la luz de toda felicidad ilumina nuestros corazones, hasta lo más íntimo.
Tu ausente, no hay nada en el hombre,
nada, realmente bueno.
Lava en nosotros lo que está sucio,
riega lo que está seco,
sana nuestras heridas.
Relaja nuestra rigidez
nuestra frialdad, calienta;
endereza nuestros pasos.
danos tu santa plenitud.
Danos el mérito de hacer el bien,
llévanos al buen puerto de la felicidad eterna.
¡Aleluya!